CoMadreando: Libertades Prohibidas, Reviven con Maña y a la Chita Callando

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Ayyy comadre, po’s de qué se trata tu información, porque no le entiendo ni maldita la cosa…
Pues comadre, que uno siempre compadece a los soldados, hasta de los males que cometen cuando tienen que hacer aprehensiones, que fíjate, en el tramo de la autopista de las Cañas, donde está la penúltima caseta de cobro, que la tropa que vigila ahí el paso de los automotores haber si no llevan algo prohibido, que saliéndose de la carretera a una enramada, rápido que piden sus chelas, se las empinan agachaditos y mientras otro paga, el acompañante hace señas si puede su compañero echarse otra también y cada dos o tres horas, bien que se controlan el calorón de esa manera, aunque tengan que comprar sus chetos..
Al preguntar a la chava que se las vende –las cervezas-, le dicen a uno que nadie se emborracha, pero si se echan sus cuatro o cinco diarias, sin que nadie lo note.
Entonces, “chitón comadre”, porque debe haber permiso disimulado.
Pa’ que veas comadre, que todo lo que se prohíbe, se puede ejercer, pero con mucha discreción, no que tu presumes a tu Kique por doquier, hasta que mi compadre se arme de valor y te lo mate o te dé pa’ tus dulces y que nomás los veas.
Comadre, tu porque no te atreves, pero debes saber que no es lo mismo estar o amar lo que es legal, que lo que se prohíbe. Como los niños pues, que les prohíbes algo y a propósito porque quiere saber el por qué, por eso lo hacen más rápido y cuantas veces quieren.
Claro que eso es como los padres que quieren tener hijos que no mientan, cuando ellos mismo cuando llaman a la puerta de la casa y se da cuenta de quién es, le dice al niño: dile que no estoy, que tu crees que el menor va a decir que tiene padres ¿que no son mentirosos?

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