El Cuento de Nunca Acabar

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Teatro-Matamoros

Así suena la reconstrucción del Teatro Matamoros, otra vez está en el centro de los medios y de los burócratas. Un proyecto que siempre fue visualizado por su «arquitecto», como la bolsa de monedas de oro al final del arco iris. El monumento a la corrupción de la ciudad de Morelia, no tiene, ni por donde empezar, ni por donde acabar.
Todo empezó cuando el ex Gobernador Leonel Godoy, visualizó reconstruir este magno recinto para convertirlo en uno de los lugares más emblemáticos del país. El presupuesto inicial fue de 150 millones de pesos y fue nombrado el hijito de Cuauhtémoc Cárdenas, «cuate» Cárdenas Batel, para que el fuera el arquitecto de dicho proyecto, pero como todo niño riquito que no sabe ganarse la lana y como hijito de una familia adinerada política que solamente sabe meterle la mano al presupuesto, se asignó un sueldazo y se asignó unos colaboradores de «primer» mundo, super profesionales con sueldo extravagantes para lo que hacían.
El dinero fluyó, pero no el trabajo, se asignaron presupuestos excesivos simplemente para cubrir la obra, que como escribí anteriormente le costo a ese presupuesto $600 mil pesos solamente por las lonas que cubrían el frente, cuando el metro cuadrado de la una en Morelia, en costo promedio es de $60.00, dizque supuestamente eso costo la sesión fotográfica y los modelos, una burla.
Y después se paro el dinero, con los recortes, con la falta de presupuesto, con todo lo que se robaron, entre el tesorero y otros tantos como Eloy Vargas, el teatro se quedó sin lana, pero no quedo ahí el problema, ya que el hijito Cárdenas siguió cobrando su sueldo excesivo sin hacer nada, siguió pagando sueldos a sus cuates y sin donde sacar el presupuesto. Así que el proyecto se fue literalmente a la «mier..». Pero el problema no ha quedado ahí, ya que muchas empresas, entre ellas, Organización Ramírez, se ofreció a terminarlo, con sólo que se lo concesionaran durante cierto tiempo, pero ni así, quisieron las administraciones pasadas y la actual.
Después el hijito Cárdenas, demandó a las autoridades por sueldos caídos, porque lo habían cesado, otra burla, cosa que sigue su proceso. Este personaje, hizo de las suyas mientras estuvo al mando del patronato de la construcción del teatro, cobrando, asignando y metiéndole las manos al presupuesto, por eso le duele tanto que le quiten la teta de donde mamaba diariamente.
Ahora otra vez esta obra está en ojo del huracán, ya que la Auditoría Superior de Michoacán, estará revisando todas las cuentas desde 2010 hasta el año pasado, esperando encontrar algo, que aunque dudo encuentren algo, porque son de la misma camada.
El proyecto vale la pena, vale la pena tener un teatro de es magnitud, sea como sea, que se termine.

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