No solamente en las montañas altas del país los padres de niñas de once años tratan los casorios con hombres no importa la edad.
Asi es comadre, acabo de ver que en la india solamente a principio de este año, niñas de esa edad que al abrazar al esposo apenas con las manos en alto le alcanzaban a acariciar de los hombros al esposo y los veían apenas y con el rabo del ojo. El precio no era arriba de los cinco mil en pesos mexicanos y en Guerrrero, como veinte mil, no así en los Angeles que cuando se los iban a llevar a la cárcel, los padres de los contrayentes declararon que así fue el arreglo, tal como si estuvieran en su tierra y que fue por autoridades de su tierra, como un acto privado.
Oye comadre, pero en los Angeles no fue por la crisis.
No comadre, ahí fue por negocios, pues se publicó que le llegaron a los cincuenta mil dólares.
Oye comadre, pues que estaba muy buenota la chiquilla.
Pues dicen que sí comadre, porque hasta la música la llevaron del lugar, imagínate para que se gaste eso uno en una vieja…
Bueno comadre, cuando se quiere, se gasta eso y más, pero claro, si se tiene y la muchacha no se ve muy dejada de la economía.
Qué cosas comadre, qué cosas; como también en Bolivia, una muchacha o señora se compró a un joven medio güenon. No se dijo la cantidad, pero mira, también nosotras podemos.
Bueno, pero la costumbre no es esa.
No, dirás que esas penas son tabú, pero a la calladita y sin decirlo, muchas bien que mantienen como aquí en Morelia, hay guandajonas que tienen a sus estudiantes y los traen como se trae a una mujer cuando se le quiere: bien vestiditas, bien comiditas y bien ya sabes qué comadre…
