M.- Desde que el ADN dejó de ser absoluto, con ese margen del tres por ciento, ha suficientado duda, como para volver a buscar otra alternativa que dé mayor seguridad, como la partícula de Dios, que se acerca a la sexta sigma que bajaría del o.oooooo4 al absolutismo verdad de que el Bosón de Higgs, es Dios, como se volvió a confirmar, luego de que los dos mil trescientos científicos que no recibieron tal confirmación en Melburn, Australia, donde se les citó de prisa y que tuvieron que dejar el lugar Francia-Suiza que fue sitio del gran colisionador de hadrones para comprobar que efectivamente hay el gran descubrimiento: Dios.
Para decir que el grado de error es una en 25 millones de probabilidades, se da por hecho que el Bosón de Higgs, es nuestro Dios, explicable al dotar de masa a la materia que existe en el universo.
Lo que hoy se conoce en un instante, antes se tenía que demostrar, pero ahora que está uno viendo por tele o Internet lo que está sucediendo, que no tarda por los adelantos técnicos y científicos, en que pueda uno participar, con dispositivos que contengan tales acciones o sucedan si son benéficas para la humanidad, es decir, que en todo lugar, como Dios se encuentra, haya medios que por una cantidad de dinero, actúen, cuando el que ordena por esos medios, pueda pagar su ejecución.
Antes de que la descompuesta ecología lleve a este mundo a otro cambio como los que ha tenido la tierra, tal vez se descubra alguna detención, primero, con las construcciones que ya no serán hacia arriba, sino hacia abajo, para que la gente no muera ni por el intenso calor, ni por el frío después del cero.
Las habitaciones tanto abajo del mar, ya son un hecho, como vivir en el espacio en estaciones donde al través de un vegetal se empiece a producir oxígeno, como en un principio de las ventas de la prolongación de vida, se pensó en la luna, pero ahora que ya hay cientos de planetas similares a la Tierra, que habiendo similitudes de vidas, aunque no de formas, ahora con la Partícula de Dios, seguro que los ricos viajarían para vivir más, pero con otro estilo de vivir, ya que habiendo Dios y sabiendo de un juzgamiento, no harían fortunas en base a explotar, robar o engañar, sino solamente el monto económico, por medio de su honesto trabajo.
Algo de ello bastaría para sentir el paraíso, porque no habiendo ricos, ni pobres, la igualdad sería para borrar de nuestras inquietudes, del por qué Dios permite que haya más quienes no tienen nada, frente a ricos que existen en una cómoda abundancia.
