- Picaduras de mosquitos. Es posiblemente la más común. Los mosquitos no solo pican, sino que son peligrosos porque transmiten enfermedades infecciosas. Una picadura puede causar enfermedades como el dengue, zika, la fiebre amarilla y el chikunguña. La familia Aedes aegypti tiene gran presencia en los países tropicales, por lo que debemos usar repelente de mosquitos con un 20 % de DEET para protegernos.
- Malaria. Es una enfermedad parasitaria que en el pasado ha matado a casi medio millón de personas en países en vías de desarrollo, según información de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Actualmente, la organización ha declarado a 34 países libres de malaria. El repelente es indispensable para protegernos de picaduras y evitar contraer la enfermedad.
- Tuberculosis. Esta infección suele atacar los pulmones, pero también puede extenderse por otras partes del cuerpo. La forma de contagio se produce vía aérea, pues puede contraerse cuando una persona infectada tose, habla o estornuda. Según la OMS, un tercio de la población mundial está infectada, pero solo una de cada 10 personas la desarrolla de manera activa.
- Mordedura de animales. Si no es tratada debidamente, la mordedura de un animal puede causar heridas con serias complicaciones. Por ejemplo, un animal con rabia puede provocarnos fiebre, espasmos, ardor, entre otras consecuencias. También debemos tener especial cuidado con los baños tanto en agua dulce como en el mar. Si sospechamos de alguna picadura o mordedura, debemos acudir a un médico para evitar complicaciones innecesarias.
- Diarrea. Se estima que cuatro de cada 10 turistas están condenados a sufrir diarrea. Aunque en algunos casos resulta inevitable por el estilo del viaje y los destinos, es necesario cuidar nuestra higiene personal y tener especial cuidado al momento de comer y beber.
