El PRD Michoacán vive horas bajas: la salida de liderazgos históricos comienza a desnudar lo que pareciera la agonía del Sol Azteca en la entidad, frente al silencio de su presidente, Octavio Ocampo Córdova.
Todo detonó tras el portazo de la presidenta nacional de Morena, Luisa María Alcalde Luján, quien el martes pasado cerró de tajo la posibilidad de una alianza con el PRD en 2027, decisión que dejó sin respiro a un partido que había apostado sus últimas cartas a las coaliciones.
Desde entonces, las deserciones no han parado. Carlos Paredes Correa, exdiputado local con influencia en Zitácuaro, se dejó ver públicamente con el senador morenista Raúl Morón Orozco.
Helder Valencia Soto, exsecretario de Finanzas y suplente de Octavio Ocampo Córdova en el Congreso de Michoacán, presentó su renuncia en medio de una severa crítica indirecta a quienes -sin decir nombres-, afirmó que no respetaron los estatutos, traicionaron a los votantes, tienen sueldos de medio millón de pesos y están ligados al crimen organizado y a la corrupción.
Además, Gilberto Cortés, último secretario de Desarrollo Social en el gobierno de Silvano Aureoles, también dio la espalda al partido. Tres nombres que, en otros tiempos, representaban músculo político y territorial para el PRD, y actualmente representaban algunos de los escasos liderazgos del partido amarillo.
Las versiones internas señalan que, desde la semana pasada, todos los días ha habido renuncias. El éxodo parece incontenible y exhibe la debilidad de un comité estatal incapaz de retener a sus cuadros, muchos de los cuales buscan acomodo en nuevas trincheras políticas.
Mientras tanto, el presidente del PRD, Ocampo Córdova, mantiene un silencio en medio de la tormenta. Su mutismo contrasta con la magnitud del golpe: el partido que en su momento gobernó Michoacán hoy aparece desfondado y sin horizonte claro.
El desmoronamiento perredista confirma que la apuesta por sobrevivir a través de alianzas con el PAN y el PRI fue apenas un respiro temporal.
Tras el portazo desde la dirigencia nacional de Morena y la migración de algunas de sus figuras más visibles, el PRD, que perdió su registro nacional en 2024, se enfrenta a uno de los capítulos más amargos de su historia política en el estado.
