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Muy Díficil el Asesinato de Carlos

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“Ha sido extremadamente complicado como familia”, confesó Grecia Quiroz, la alcaldesa interina de Uruapan, al referirse a las repercusiones que el homicidio del alcalde Carlos Manzo ha dejado en sus hijos y en su propia vida.

En una conversación con Adela Micha en el programa Un día, una voz, la sucesora del Movimiento del Sombrero compartió que, desde el atentado contra su esposo, su familia se ha visto profundamente afectada, y sus hijos aún no logran entender lo sucedido.

“Son muy pequeños, no comprenden muchas situaciones. El mayor, que tiene dos años, es el único que tiene un poco de comprensión”, aclaró.

Recordó que su hijo tiene presente el momento en que Carlos Manzo salía para las operaciones de seguridad municipal, siempre con su chaleco colocado y en la camioneta, por lo que él cree que su padre continúa en esa labor. “De alguna manera, los niños absorben todo, todo lo que sienten”.

“A pesar de que he intentado mantenerme fuerte, hay instantes en los que la debilidad me invade y les transmito ese sufrimiento”, compartió.

Cuando la periodista preguntó cómo ha manejado la situación, Grecia Quiroz mencionó que Carlos Manzo tenía una oficina donde solía leer, trabajar y reflexionar, a la cual a ella le gusta acudir.

Lo describió como una persona “terca, obstinada y confrontativa”, con plena confianza en sus decisiones. “Nunca atendió las sugerencias de los demás. Intentaba ofrecerle recomendaciones para que no pensara que le estaba dando órdenes, ya que para él lo que hacía era correcto”, afirmó. Asimismo, recordó su carácter accesible y directo al interactuar con la comunidad.

“Era verdaderamente único, genuino y especial. Con él no habían intermediarios ni barreras, brindaba atención directa. Esto le permitió ganarse el afecto del público”.

En cuanto a su historia juntos, la viuda comentó que conoció a Carlos Manzo en el movimiento social que él lideraba, y cómo su vinculo amistoso se transformó en una relación cuando él ya ocupaba un cargo como diputado federal.

“Era algo complejo, porque equilibrar el trabajo y una relación personal. . . yo debía seguir sus indicaciones como jefe, mientras que, como mujer, sentía la necesidad de expresarle mis opiniones”, relató.

Describió cómo su tiempo como diputada representó una etapa de desarrollo profesional para ella, ya que se encargaba de coordinar los recorridos, gestionar su agenda, atender diferentes trámites y actuar como enlace. “Agradezco la presión y la exigencia de actuar con integridad, honestidad y transparencia. Más allá de las palabras, él lo ejemplificaba”, destacó.

Antes, mencionó que trabajaba en el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) del municipio, y no tenía interés en el ámbito político. Sin embargo, esa perspectiva cambió cuando su madre solicitó ayuda para un vecino sin hogar, y El del Sombrero acudió a su hogar para atender la solicitud.

Después de conocerlo, él la invitó a participar en la distribución de meriendas para niños en situación de vulnerabilidad.
No pude separarme de él, me fascinó. Su asistencia era una fuente de satisfacción para mí. Recordó cómo, cada tarde, Carlos Manzo se ubicaba en una mesa en la vía pública, entre las 4 y 5, dispuesto a ofrecer ayuda a los ciudadanos que la solicitaban, acompañado por un pequeño grupo de colaboradores.

“Donde él iba, yo le seguía”, comentó. Con el tiempo, empezó a colaborar en tareas sencillas: registrar números telefónicos, establecer contactos y organizar reuniones. Finalmente, fue despedida de su empleo. “Recibí amonestaciones por las publicaciones que realizaba sobre nuestras actividades”, relató.

Respecto a las advertencias a su cónyuge, una vez que asumió la presidencia municipal, Grecia Quiroz mencionó que intentaba solicitarle moderación en relación con las posturas políticas del alcalde, que lo llevaban a conflictos con varios actores. “Le recomendaba que fuera más comedido, que evitara ser tan confrontativo. A veces me hacía caso y otras me respondía: ‘¿Cuál es el problema? No sucede nada. No me quedaré callado ante una verdad’. ”

Recordó una frase que él solía repetir: “Prefiero morir haciendo el bien que vivir haciendo el mal o arrodillado ante quienes son conscientes de que perjudican al municipio. ” En una entrevista con la periodista, mencionó que Carlos Manzo tenía aspiraciones que iban más allá de la alcaldía: “Él afirmaba que si no llegaba a ser gobernador, estaba convencido de que sería presidente de México”, y aseguró que estaba completamente convencida de que poseía la determinación necesaria para conseguirlo.

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