La Comisión Nacional de los Derechos Humanos consideró que el Sistema Penitenciario mexicano discrimina a las mujeres en reclusión, ya que carece de áreas especializadas para ellas y en su mayoría compurgan su condena en centros penitenciarios mixtos.
Por eso la CNDH convocó a las autoridades a solventar esta omisión porque las mujeres internas, no son tomadas en cuenta en las acciones, programas, tareas de planeación, uso de espacios y atención.
La población penitenciaria de mujeres ha crecido de manera considerable en los últimos 10 años y este dato no ha sido tomado en cuenta en el diseño y construcción de los centros penitenciarios; se ignoran sus necesidades y pasa inadvertido el hecho de que la gran mayoría de las mujeres que dan a luz en los reclusorios, conservan a sus hijos a su lado, los primeros meses o incluso los primeros años.
En abril de 2012 la población penitenciaria ascendía a 236 mil 940 internos de los cuales 95.28 por ciento son hombres (225 mil 768) y 4.72 por ciento son mujeres (11 mil 172).
De los 418 establecimientos penitenciarios que hay en el país únicamente 13 albergan exclusivamente mujeres, y tienen una capacidad instalada para 3 mil 56 personas, aunque en realidad hay 3 mil 610 reclusas; las 7 mil 573 mujeres restantes, se encuentran en los centros denominados mixtos.
A diferencia de la mayoría de los centros varoniles que cuentan con áreas destinadas a la realización de actividades físicas, laborales, educativas y médicas, la parte destinada a las mujeres suele ser un módulo, muchas veces reducido en espacio, sin el equipamiento apropiado de acuerdo con las necesidades propias de las mujeres.
