El párroco de Apatzingán, Gregorio López Jerónimo se retractó de las declaraciones en las que afirmaba que de no ser designado el presidente municipal sustituto este martes, él tomaría la alcaldía y se pondría a la cabeza; dijo que sólo quería llamar la atención a la problemática que viven los apatzinguenses.
En entrevista telefónica, el conocido como Padre Goyo, aseguró conocer la Constitución Política y la Ley Orgánica del estado donde se explica que ningún ministro de fe puede ser nombrado para un puesto de representación popular, aunque aseguró que, ante la ausencia de las autoridades, han sido los sacerdotes de la región quienes están atendiendo a los grupos más necesitados.
“Reconozco que soy el menos idóneo en una ciudad de 120 mil habitantes, pero es la manera de decir pónganse las pilas porque está a punto de pasar algo inédito en esta ciudad; es tiempo que pongan atención a Apatzingán, aquí han dado limosnas y hoy no estamos para pedir limosnas, estamos para pedir justicia y justicia es darle a cada quien lo que merece”, declaró.
Informó que al medio día de este martes, representantes del gobierno estatal se reunirán en Apatzingán para analizar la propuesta y decidir quién se quedará al frente de la administración municipal en lo que resta del periodo constitucional, aunque, el padre Goyo advirtió que de no ser satisfactorio el resultado, podrían conformar un consejo para elegir al nuevo alcalde.
Al ser cuestionado si la llegada de la autoridad municipal cambiaría la situación que atraviesan dijo que se necesita un árbitro y denunció que la encargada de despacho, la síndico Julia Lila Ceja Canela, “en vez de poner orden, pone desorden”. Manifestó que en las siguientes horas, jóvenes aspirantes a ser policías de la fuerza civil harán presencia simbólica en la presidencia municipal con escobas “para barrera a las lacras” y un moño blanco.