El cateo al albergue La Gran Familia, fue acordado entre el gobierno federal y estatal, desde hace una semana, ante la imposibilidad de verificar las condiciones en las que operaba, informó el gobernador Salvador Jara Guerrero.
En entrevista, el mandatario estatal anunció que todos los albergues para personas vulnerables serán revisados para garantizar que cumplan con la normatividad, pero aclaró, “no será una cacería de brujas”.
Jara Guerrero recurrió al refrán de “caras vemos corazones no sabemos”, para explicar la relación política que Rosa del Carmen Verduzco, Mamá Rosa tenía con políticos y pidió esperar a que la Procuraduría General de la República de a conocer los delitos que se imputan.
El gobernador sustituto dijo que además de las condiciones de hacinamiento e insalubridad dadas a conocer, a lo largo del día, durante las declaraciones de los residentes en el albergue, se recabaron diversos testimonios por abuso psicológico y sexual.
Durante el enlace telefónico con José Luis Alejo y Daniela Flores, el gobernador narró que la decisión se fraguó en una larga reunión en la que participaron la directora del Sistema Integral para el Desarrollo de la Familia, la diputada Daniela de los Santos, el Comisionado para la Seguridad y Desarrollo Integral de Michoacán, Alfredo Castillo Cervantes y él, desde la semana pasada.