Menores de Albergue “La Gran Familia” Sufren por Traslado

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* Hasta ayer, 116 menores habían sido enviados a Jalisco, Estado de México y Guanajuato, de donde son originarios, en tanto que otro grupo de 34 se alistaba para ser enviado al Distrito Federal.
* Las autoridades mexicanas abrieron las puertas del albergue La Gran Familia donde se acusa que sucedía de todo, desde maltrato sicológico hasta abusos sexuales, según el testimonio de las víctimas.
El llanto fue incontenible para varias de las niñas que ayer al mediodía se enfilaron rumbo al autobús que las llevaría al albergue del DIF del Estado de México. Una de ellas, se desprendió de la fila y fue abrazar a un adolescente que miraba la partida desde la acera de uno de los salones.
Lo abrazó unos instantes y él también correspondió el gesto, haciéndose el valeroso para no contagiarse del llanto de la menor, quien resignada volvió a la fila para continuar con rumbo a su nuevo destino.
Internos del albergue “La Gran Familia” fueron trasladados a Guanajuato, Jalisco y el Estado de México, a donde serán entregados a sus familiares o canalizados a otras estancias infantiles.
Otra más no aguantó la conmoción de la partida y en la puerta, esa que de acuerdo con las autoridades difícilmente cruzaban los internos cuando Rosa del Carmen Verduzco, “Mamá Rosa”, controlaba el albergue, se desplomó desvanecida.
“Un paramédico, un paramédico”, comenzó a gritar el personal del DIF que guiaba a los menores hacia el vehículo. La menor fue reanimada por el personal médico y conducida hacia el autobús, mientras que con un aplauso los trabajadores sociales que han estado en el albergue los últimos días le infundieron ánimos.
Relatos de las víctimas del albergue del horror en México
Hasta ayer, 116 menores habían sido enviados a Jalisco, Estado de México y Guanajuato, de donde son originarios, en tanto que otro grupo de 34 se alistaba para ser enviado al Distrito Federal.
“Nos entristece que nos separen de nuestros hermanos, porque así nos decimos, hemos convivido durante mucho años y claro que sí te duele dejar a quien quieres, aunque sea para estar mejor”, dice Alberto, un menor de 15 años, originario de Torreón, Coahuila.
Laura Vargas, directora del DIF Nacional, quien junto con el Gobernador Salvador Jara visitó e hizo un recorrido por el albergue, señaló que serán los DIF de cada estado los que se harán cargo de los menores, pero el Sistema Nacional les dará seguimiento.
Estrés y agresión
Durante el recorrido, el Secretario de Salud del estado Carlos Aranza, indicó que han detectado que los menores se provocan heridas en los brazos por el estrés por el que están pasando.
“Hay herida autoinflingidas por los propios pacientes, por su estado estrés que están viviendo, así como también crisis convulsivas por supresión medicamentosa”, indicó.
La heridas autoprovocadas, ahondó Ana Compeán, directora del DIF de Michoacán, es un patrón de conducta que han detectado en los menores, pues han encontrado en ellos cicatrices que evidencian que recurren a ellas con frecuencia.
“Yo quiero decirles que este patrón de heridas autoinflingidas es un patrón recurrente que viene sucediendo, tristemente los menores tienen cicatrices ya de años, en ambos brazos”, explicó la funcionaria.
“Es algo con lo que tenemos que trabajar, hemos trabajado mucho en la contención psicológica, en el trabajo emocional de estos niños, es una parte muy importante de la cual nos estamos ocupando”, aseguró.
Además de las heridas autoprovocadas, Aranza dijo que se han atendido a 20 pacientes, quienes han presentado gastritis, gastroenteritis aguda infecciosa y dermatitis de diversa índole, principalmente.
El albergue fue intervenido el martes por fuerzas federales quienes detuvieron a Verduzco y a otros ocho subordinados.
Autoridades dijeron que en el lugar existía explotación y se cometían abusos sexuales contra los internos, además de que vivían en condiciones insalubres.
‘La voy a buscar’
La visita de los funcionarios la atestiguó a los lejos José Andrés, un adolescente de 17 años, oriundo de Lázaro Cárdenas, Michoacán, porque su novia, Dulce, de 16 años, partió con el grupo de 48 internos que fueron enviados a Guadalajara, Jalisco, la noche del viernes.
José Andrés llegó al albergue a los 11 años luego de que su papá lo llevara por no poderse hacer cargo de él, mientras que Dulce, había cumplido un año de que había ingresado.
“Estoy triste porque ya no la voy a ver. Ya llevábamos varios meses juntos y sí, pues sí la quería y ella también a mí. No nos despedimos bien, sólo con un abrazo, ya no tuvimos tiempo de más”, dice.
En la parte central del patio están debajo de una lona 24 mesas redondas que tienen 10 o 12 sillas cada una; el personal de la cocina se alista ya para comenzar a servir la comida, esta vez toca caldo de pollo con verdura y un poco de arroz.
Jorge Andrés, que sólo desayunó una torta de jamón y un jugo procesado, dice que no tiene hambre y que está esperando que lo entreguen con su papá, quien ya se presentó a reclamar la custodia, para salir del albergue y buscar a Dulce.
“Le prometí que saliendo de aquí iba a ir a Guadalajara. La voy a ir a buscar”, dice.

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