Cómo la ves comadre, que ya en febrero próximo, la Iglesia va a tener que dar factura hasta de los pocos diezmos que todavía recibe.
Bueno comadre, eso no es tan importante, como las herencias de sus creyentes que le dejan, porque la costumbre es que de se quede con sus bienes el estado , a que le sirvan para cubrir los gastos de la evangelización cristiana, mejor que fructifique tal tarea cristiana.
La demostración de que hay odio del pueblo para el gobierno, lo anterior es el vivo ejemplo de tal inconformidad.
Es cierto comadre, aunque no se nos debe olvidar que los servicios que por obligación tiene que gratuitar el gobierno a su pueblo, cuestan mucho, pero el costo lo multiplican porque la mayor parte del ingreso impuestario, se lo hurtan los funcionarios. Por eso es que la mejor carrera para hacer dinero y rápido, es la política, de ahí que pese a andar en el peligro, la mayoría de ineptos quieren dirigir la administración de esos ingresos.
De tal manera que ya no habrá tantos bienes que la Iglesia, como no puede legalizar a su nombre, las tiene que dar a cuidar, mismos que con el tiempo, luego de pasar los once años para que de acuerdo a la comprobación de la posesión, se les pueda escriturar.
En una ocasión la Iglesia al través del cardenal Michael Spelman de Nueva York, bendijo las armas para que mataran en la segunda guerra mundial al enemigo y eso, vaya que no se olvida. Como actualmente hay venta de indulgencias y quienes las compran, pues son los ricos o los grandes pecadores, pues hace poco tiempo por el asesinato del cardenal Posadas Ocampo en Guadalajara, según el chisme, se debió a que lo que daba el narco o crimen no tan bien organizado como diezmo a la Iglesia, los otorgantes querían ver los beneficios de su alma pecadora.
