ay comadre no me vengas con ese cuento, cómo es posible…
Comadre, se llama Jesús Castillo Rangel, canta, siembra verduras y no se queja mas que de cansancio en los pies. Alto, delgado, de bigote corte zapatista con quien luchó porque le dieran un parcela y le tocó puro pito comadre y hoy que lo descubren, ya lo quieren homenajear, lo que seguramente lo va a matar de susto. Vive por Cancún en un pueblo que se llama Nicolás Bravo del Estado de Quintana, Roo y dice que el chiste es nadamás vivir, sembrando chilitos, maíz, jitomate y ser legal con las michas con los dueños.
Además comadre, dicen que canta unas canciones con palabras que parecen de criptología, de aquellas que era secreto de comunicación en tiempos de la Revolución Mexicana.
Cuentan que lo quiere todo el pueblo, pero ya desconsolado por no solamente ver ingratitudes, sino sentirlas, muy vivo, le mandó saludos al gobernador Roberto Borge, quien desde luego parece que ordenó al DIF, dependencia que empezó a tener relación con él, que le den su parcela y que el día de su santo, habrá fiesta, dende seguramente para que le entiendan se cantará la famosa cucaracha, porque él dice lo que hacían sus compañero de la “leva”, los pobres que se incorporaron a los primeros movimientos de la revuelva revolucionaria. El quedó registrado en las listas carrancistas, de donde le daban algunos centavos para comer.
Es de Chiapas, de un caserío del Soconusco. Su esposa se le murió hace solamente dos años.
Ay comadre, no me vayas a decir que como fue de los que nunca se divorció, vayan a querer muchas con él.
Po’s no lo dudes, no que ahora nomás hacen hijos y al primer bote de leche, los chavos le corren.
Qué vida comadre, qué vida…
Pues él ni se agüita comadre. Anda bien jirito y parece que de vez en cuando.