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* Como en el 2013, el equipo de Klinsmann enfrentó y venció a Alemania.
* Acumularán más de un mes de preparación cuando comiencen la Copa Oro.
Conocen la llave y la volverán a utilizar. Sin mucho ruido, lejos de los aparadores de un torneo como la Copa América e incluso desechando la posibilidad de estar en el torneo de Chile, la Selección de Estados Unidos se prepara para la Copa Oro con la intención de refrendar el título y conseguir el otro medio boleto a la Copa Confederaciones del 2017.
Mientras equipos como México y Jamaica se “distraen” con la Copa América y otros como Honduras y Costa Rica sufren para conformar un plantel entre indisciplinas y lesiones, el equipo de Jürgen Klinsmann llegará al torneo de la CONCACAF con poco más de un mes de preparación y con sinodales top.
Y es que en el 2013 la Selección de las barras y las estrellas vivió algo similar a lo que este verano entrega. Sin otro torneo que la Copa Oro, los norteamericanos dedicaron un mes a prepararse para llevarse el torneo que en la Final los enfrentó ante Panamá después de que México acudió a esa edición con un plantel B, pues el cuadro A había estado en la Copa Confederaciones de Brasil.
Fue el pasado 31 de mayo cuando Klinsmann convocó a 22 elementos para iniciar la preparación a Copa Oro que incluyó duelos amistosos ante Holanda en Amsterdan y ante el Campeón del Mundo en Colonia.
Con la que prácticamente será la nómina que jugará el torneo de la CONCACAF, Estados Unidos venció 3-4 al equipo tulipán y repitió triunfo ante Alemania por 1-2 para llegar con esas credenciales al duelo inaugural del próximo 7 de julio ante Honduras.
Curiosamente, en el 2013 realizó una preparación muy similar cuando enfrentó a Alemania, equipo al que también venció 4-3 y a Bélgica, Selección con la que cayó 2-4 previo al debut de la Copa Oro de aquel año en donde también tuvo poco más de un mes de preparación.
Incluso cuatro días antes de comenzar su participación en la competencia de la CONCACAF, el combinado de Klinsmann goleó 6-0 a Guatemala para llegar con la confianza a tope.
A dos años de distancia los Estados Unidos recorrieron el mismo camino, aunque con un grado de dificultad más grande al jugar los amistosos previos en territorio europeo.
