Con el cabello recogido en un moño y unos cuantos rizos sueltos, los ojos bien delineados y los labios entreabiertos, Salma Hayek se despojó de su ropa y posó de manera sugerente para la cámara de un experto. Este sensual retrato en blanco y negro fue tomado por el fotógrafo de modas francés Patrick Demarchelier para la revista Allure.