Lorenzo Sánchez paga con sangre su entrega. El novillero, que dio una vuelta al ruedo, mostró su buena actitud y resultó corneado por el segundo de la tarde. Incapaz, Martín Campanario fue abroncado y despedido a almohadillazo limpio por una actuación que marcó un festejo tedioso. Lo más decoroso del festejo lo hizo Lorenzo Sánchez que sufrió una cornada y se llevó el respeto de Las Ventas. Una cosa es no tener oficio y otra venir a dar la cara a Madrid. Y eso es lo que hizo este novillero: dar la cara, irradiar actitud, poner su corazón al servicio de su ilusión de ser torero. No le ayudó su oponente pero embistió él. Poca clase pero mucha disposición. Así se viene a Madrid. Tras ser prendido y herido con saña, regresó a la cara del novillo para exprimirlo y matarlo con más habilidad que brillantez. Nadie protestó la vuelta al ruedo que dio con gesto de dolor y un torniquete en su pierna derecha. Fue operado de una herida con dos trayectorias.