Una tradición japonesa sostiene que provocar el llanto del bebé ahuyenta los malos espíritus: el Naki Sumo. Los protagonistas son luchadores de sumo y bebés menores de un año que compite por ver quién llora antes y más fuerte. Un luchador de sumo sostiene a un bebé y el luchador empieza a agitarlo para que el bebé llore. Por si esto no fuera suficiente, y aunque el pequeño ya llora, se suman a la escena otros adultos que, con máscaras de demonios, pretenden que el llanto aumente de intensidad. Los padres, se alegran de la intensidad del llanto de su bebé. Hay un proverbio japonés que dice “Naku ko wa sodatsu”: “El niño que llora crece más rápido”. Y bajo esta creencia se ha mantenido durante más de 400 años la antigua tradición del Naki Sumo, también conocida como Nakizumo o Konaki Sumo Festival.