M. Sánchez Vargas. No es que Beltrones haya amanecido como gallito de pelea, sino que en realidad, el único partido que puede competir electoralmente sin alianzas, es el que dirige, Partido Revolucionario Institucional.
De por si ya el tricolor tiene 25 gubernaturas, el todo de las treinta y tres porque el Distrito Federal de hecho ya es Estado Ciudad de México, y que el PRI vuelva a ser único, volverían peor los dolores de carentes y algo tendrían que otorgarles, ya que las debilidades también hacen mayorías.
Mantener enemigos para que exista la democracia, es como las etapas de nuevas formas que enfrentan y causan peores daños al consentimiento de paz en que se vive, pues nadie quiere ser igual, a menos que se contenga riqueza y comodidades.
Mi partido el PRI, tiene que estimular condiciones de participación; dejar las boronas de la democracia para que a su entendimiento las disfruten los que las ganan, guardando el orden que adviene del pacto federado al que pertenecen.
Bastaría el ejemplo para entender las condiciones de la enseñanza que su superación no sea para competir, sino que sirva para que la marginación universal termine, midiendo los tiempos que debe utilizar, en función de que sus utilidades acepten que diferencias reales de los gobiernos priyeros, son mejores, al gobernar ciudadanos que viven mejor; de ahí que en primer término está la educación no para competir sino dar mejores satisfactores a sus miembros.
Mi partido el PRI está bien ya y el arranque de que entusiasma Víctor Silva Tejeda, es el producto de un sacrificio que hizo pensar que la competencia era el símbolo de las libertades.