De acuerdo con el último informe del Instituto Goddard de Investigaciones Espaciales de la NASA (GISS, por sus siglas en inglés) enero del 2016 ha sido el más cálido de todos los eneros registrados con un promedio récord de 1.3 °C, superando en 0.95 °C a la máxima histórica alcanzada en enero del 2007. El análisis del comportamiento climático durante los últimos años reveló que esta situación responde a la combinación del calentamiento global y a los significativos efectos atmosféricos producidos por el fenómeno de El Niño. Este último debilita las corrientes frías oceánicas y modifica los patrones de funcionamiento del océano que han dado como resultado el debilitamiento de las precipitaciones en el sudeste asiático, olas de calor y sequías en el sur de África, inundaciones en América del Sur y una temporada récord de huracanes en el Pacífico oriental.