Uno sigue impune y el otro solamente trata de sobrevivir, y es que en días pasados el Doctor Manuel Mireles, ex líder de los autodefensas, declaró que, el virrey fresa, Alfredo Castillo, armó al cartel que se encuentra operando en la región de tierra caliente y aunque obviamente el excomisionado no ha declarado, dice el dicho que “el que calla otorga”.
Varias cosas son ciertas, uno, el único que tuvo los huevos de parar a la familia michoacana y luego a los caballeros templarios fue el doctor Mireles, el único que arriesgo el pellejo fue el doctor Mireles y el único que sabía como estaban las cosas fue el doctor Mireles.
Dos, a Alfredo Castillo, le urgía aplacar la situación de ingobernabilidad y falta de estado de derecho que reinaba en la entidad, pero no sabía como, por eso recurrió a dividir para vencer, y como se dio cuenta que podía hacer negocito a través de ellos y de otros como fue con el chaparro de oro, el señor Jara (de oro porque los federales creen en él, no se como pero creen).
Tres, Nadie sabía, pero digo nadie sabía, quién de veras estaba involucrado y déjeme decirle, que una vaca sagrada del PRI en esos tiempos me confesó, ten cuidado, todos tienen las manos manchadas, todos están agarrando y protegiendo, por lo tanto el error gigantesco del virrey fue entregarle armas supuestamente legales a quién el creyó eran los más decentes.
Cuatro, el pasado miércoles, José Manuel Mireles arremetió contra el Gobierno estatal y federal, y señaló que en la actualidad el cártel criminal que opera en la entidad es liderado por gente de Alfredo Castillo Cervantes, quien fuera comisionado federal de 2014 a 2015, para atender la crisis de inseguridad y al parecer, es cierto, ya que la gente del Castillo, no ha parado de hacer desmanes, sino pregúntele a Procurador o a Silvano.
Yo se lo dejo a su consideración, ¿quién tiene la razón, la víctima o el victimario?, la historia demostrará la realidad, pero está demostrado que la inseguridad sigue, en unas manos o en otras y que hay algunos que siguen sacando provecho de esta situación.
La verdad es que como dice Maxine Woodside, los únicos que saben son los que están debajo de las sábanas.