Por Daniel Rozo
Via Alt1040
La principal misión del Curiosity es averiguar más cosas sobre el pasado y la viabilidad de la vida en Marte en un futuro. Y aunque ya hay gente convencida de que es posible, otros siguen estudiando esa viabilidad desde la Tierra con vida diseñada específicamente para ayudar a la colonización del vecino rojo.
Unos estudiantes de Stanford y Brown, están aplicando técnicas de la biología sintética a la exploración espacial, diseñando microbios que sean capaces de sobrevivir a las condiciones marcianas extremas y, a su vez, produzcan materiales útiles para una eventual colonia humana.
Obviamente, llevar maquinaria pesada de construcción a Marte es muy caro. (…). El beneficio de tener bacterias que puedan hacer esto por nosotros es que son realmente inteligentes, pequeñas y muy livianas. Una vez allí podrían criar comida, producir medicinas, extraer minerales y hacer materiales de construcción.
Comenta el líder del equipo, Ben Geilich. Sucede que Marte no es un planeta acogedor precisamente, aunque en algún tiempo pudo haber albergado vida, ahora es, básicamente, un desierto congelado con una atmósfera dominada por el dióxido de carbono. La esperanza está en que existe agua congelada en sus polos y hay evidencias de grandes océanos que alguna vez cubrieron la superficie de Marte.
Este proyecto se encuadra dentro del reto iGEM (International Genetically Engineered Machines), una competición anual en la que los estudiantes se ven cara a cara para ver quién consigue que organismos modificados genéticamente hagan nuevas tareas o tengan nuevos usos. Es allí donde se presentará Hell Cell, una serie de partes modificadas que permitirían a las bacterias aguantar frío extremo, sequedad y radiación.
Adentrándonos un poco en el proyecto, Hell Cell son unos módulos genéticos, “bioladrillos” de varios organismos ultraresistentes a condiciones climáticas y ambientales específicas para sobrevivir en Marte. Aunque sólo han estado probando con Escherichia Coli, las “piezas” también pueden ser introducidas en otras especies, adaptándolas a las mismas y haciéndolas no sólo capaces de sobrevivir, sino de ser útiles en Marte.