MSV.- O los habitantes de la Col. Industrial les gusta estar en el peligro o alguien los aplaca con dinero cuando la Química Industrial de México que a cada rato los pone a rezar porque cuando ha tenido explosiones internas que hasta pedazos de carne de obreros han colgado de alambres del flúido eléctrico, vecinos de varias cuadras de calles cercanas que sus banquetas han tronado al abrirse para que saliera cierto gas o hace un año apenas les explotara un depósito de 600 litros de combustóleo y ayer, por la calle Estaño, una de las alcantarillas ya casi por las seis de la tarde, llevaba más de cincuenta explosiones, que según los que esperaban a un químico especialista para que determinara si la causa era suficiente para evacuar a habitantes y adjuntos o simplemente darles una explicación, de que como toda la tarde se dijo ante colonos, curiosos, bomberos y elementos de seguridad como el Ejército, policía federal y local, que las reacciones de un equis químico con el agua, estaban provocando tanto vapor, humo y moderados tronidos similares en su potencial como el pestilente.
Al reportear se recordó que es muy fácil sacar a esa química de la colonia, porque en primer lugar, cuando era diputada Esperanza Morelos Borja, en el Congreso del Estado se firmó un acuerdo entre vecinos y propietarios de esa industria, que saldrían de ese espacio en tres años y otros dijeron que en seis; término que se cumplió, pero la industria no se cambió, pese a que se le dio o le facilitaron en pagos, una extensión similar en Ciudad Industrial, donde sí la ocuparon extendiendo su producción, pero en la Col. Industrial siguieron porque obtuvieron un amparo o e$plicaron muy bien a algunos de habitantes, que sus derechos se basaron en que ellos llegaron primero a ese lugar y ya luego los que construyeron casas, fue después.
Lo que nadie precisa y ya no presumen, es que cuando por la calle Victoria donde está la misma Industria Química de México, estaba el estacionamiento de las Flechas Amarillas y que molestos los vecinos porque los camiones los empezaban a prender desde las cinco de la mañana para calentar sus motores, los despertaban y eso para ellos fue motivo de que pusieran a la entrada unas bancas con guardias de simpatizantes, para obligar a que esas decenas de camiones, se largaran del lugar y de la Química de México, que ante el Congreso del Estado firmó un acuerdo con los vecinos a que se iría en el tiempo de marras señalado, que qué casualidad, que ya les nació cariño vivir con el peligro de que un día, puede sucederles una mega explosión, donde mejor ni pensar, como dijo Pablo Neruda de la mejor obra de García Márquez en la novela de Cien Años de Soledad, cuando se refiere a Hiroshima.
Lamentable las lágrimas por nervios que los vecinos de la Industrial ayer, derramaron al ver tanta gente, como en otros incidentes, que ni los mismos vecinos que les estaban explotando sus banquetas, negaban el paso a la misma prensa que acudía a preguntar a los de la misma industria, el motivo por el cual los perjudicados al dejar sus casas, les negaban proteger sus propiedades, para que no se las fueran a saquear durante el tiempo que iban a permanecer fuera de ellas, mientras se reconstruía lo que como volcán horizontal había creado el temor de que se les cayeran sus propiedades.