MSV.- Otra vez Carlos Menem, dos veces presidente de Argentina, ha sido cliente de la justicia que aplica la Suprema Corte de ese país, por tráfico de armas, al grado que sus negocios lo igualan con el “rápido y furioso”, que tuvo este país hace dos años.
Lo curioso de algunas acciones de esta naturaleza en donde se ha visto involucrado, es que desde la tierra de los gauchos, hace operaciones con países del Asia y ahora con Ecuador y Croacia; imagínese por la tenacidad con que ha realizado esos negocios, que con cuántos más lo ha hecho y con qué habilidad lo ha logrado, que sigue teniendo fama de multimillonario e influyente, que ahora es senador, lo que le vale el fuero para no ser encarcelado inmediatamente, aunque ya sus abogados están trabajando para que las supremas autoridades revoquen tal fallo ya dado a conocer.
Carlos Menem no solamente es famoso internacionalmente por esa clase de negocios, sino porque en uno de los dos períodos de gobierno, cuando se andaba divorciando de su pareja, le cerró las puertas de la Casa Rosada, que es allá como aquí Los Pinos, que le dijo esta es la residencia del Presidente electo, no de la que fuera primera dama.
Asi es de que este nuevo lío en que se ve involucrado Menem, se parece al dicho del perro que le da por comer “mierda”, que aunque le quiebren el hocico lo sigue haciendo.
Muchos argentinos, principalmente de los que fueron atendido o ayudados o que les consta que cumplió con sus obligaciones administrativamente bien, que invocan piedad para él, porque no quieren que termine su vida como el Gral.Videla, un ex presidente Argentino que murió olvidado en la prisión que especialmente le fue designada, porque le lograron comprobar haber autorizado u ordenado que le quitaran la vida a varios lidercillos que a cada rato ponían en desquicio a esa república, tan apaleada por su economía, después de que fuera por mucho tiempo un país que surtía a vasta parte del mundo, con buena carne, porque era un territorio definitivamente productor de buen ganado.