Luego de que al parecer ya se encuentra libre la madre que vendió a su hija, bonita por cierto, de once años, por un refrigerador que le entregó el vecino, quiere vender a la otra, pero por un carro.
Ayyy comadre, eso está de inmolarse mejor, con tal de que mi incineración sirva para que se salve esa señorita que su madre quiere vender por un carro, no importa que la vuelvan a meter a la cárcel, pero como al parecer al que con el que anda en tratos, es abogado, que la va a casar con un empleado albañil y primero la va a estrenar y usarla por unos años y luego ya si la deja bien buenota, que ya el que le construye, verà si se anima a ponerle Jorge al niño.
Comadre, comadre, tù ya me estás saliendo muy promiscua, ya no tienes alma, lo bueno es que solamente es comentario, pero te advierto comadre, que asì empiezan los jotos, platicando tanto de esas prostituciones, que por andar de preguntones que si se sentía bien, terminaron en peores, que ya se tenìan que vestir de mujeres y hasta pagar para que quedaran bien satisfechos.
Comadre, pero fíjate que esa noticia a pesar de que se le dio suficiente publicidad, no sirvió de nada, porque siguen las madres vendiendo no solamente a la hijas, sino a los hijos.
Po’s cómo no comadre, si en verdá, yo ya casi me animo a pedir caridá, porque ni modo de ponerme en las esquinas, pues si las que se paran en la Plaza de Carrillo a veces se van sin dinero alguno, imagínate cómo me va a ir a mi. No comadre, mejor sigo con los frijoles, las tortillas y el café y que Dios me bendiga, porque según tu compadre dice que ya no sirvo para nada o a menos que venda al Beto y a la Lola, que algo me tienen que dar por ellos.
########