Ahhh si comadre, me lo acaban de confesar, de que un boxeador Tayson que al llevarlo a que le hicieran la prueba de la pipí para medirle el grado de contaminado que estaba por tomar estupefacientes para pelear, que cuando se lo iba a sacar, usó uno falso donde llevaba la orina y que como todas las autoridades son medrosas, se voltearon y no vieron que les constara la orina viniera de su propio miembro.
Sí hombre, tanto asi que una vez que me andaba cachando a mi Kique, me quiso hacer lo mismo para que no oliera, pero yo mira, bien que no me dejó de nomás huele, huele, sino que voy viendo que hasta pringuitas de menstruación llevaba y que lo corro, aunque ya por la noche lo estaba esperando con una chelas y una buen cena, porque qué quieres, es quien me estruja bien y tu sabes a esta edad, que su desgracia es encontrarse con la maldición gitana e imagínate cómo me fue si ya sabes también que las reconciliaciones son maravillosas, que se sienten hasta donde se doblan las rodillas…
Y qué es eso de la maldición gitana comadre…
Pues que se encuentre un amor a su medida y que no le saque de mis ganas, que la haga a una temblar de nomás verse.
Comadre, tu sí que estás loca, pero bien que te creo, porque cuando no lo ves, andas como zombi, igualita.
Qué quieres pues comadre, asi es esta cosa del intenso amor, que yo cuándo creía que a mi edad iba a andar con estas cosas, si hasta mi misma mamá me dice que yo ya estoy para traer el rosario en la mano y visitarla cuando menos una vez al día para ver qué se le ofrece.
Mejor ya ni le cuentes nada a tu mamá, porque vas a terminar por contagiarla y ya vez que nunca hace falta un roto para un descocido.
Ayyy tu, ni modo que vayas a pensar que mi mamá…
Po’s así piensa una de tus hijas de ti, que dice que tu estás loca, que el Kique apenas para tu nieta que ya anda queriéndose ir a los bailes, le podría quedar a él.
