* Miles de pelegrinos, más que otros años, acuden a visitar la Guadalupana.
* Se esperan más de cien mi guadalupanos en la Basílica de Guadalupe.
Fotos y textos por Armando Nieto Sarabia.
Más de cien mil feligreses se esperan para los días once y doce de diciembre en la Basílica de Guadalupe, informó el custodio padre Fabián Orozco Pedraza, quien dijo que es difícil llevar a cabo un padrón por la falta de comunicación de ellos mismos, dice que sí se apuntan algunos grupos con el objetivo de recibirlos y darles un mejor orden a las peregrinaciones, pero que ellos lo ven sin interés, agregó que tan sólo la noche del diez llegó un contingente ya pasadas las doce de la noche, hora en que se cierran las puertas del templo y que se tuvieron que volver a abrir las puestas para recibirlos, añadió que tan sólo la mañana del once llegaron como cinco grupos de peregrinaciones de diferentes partes del estado.
Sobre el fervor guadalupano, señaló que en toda la noche no se cierran las puertas de la Basílica, sobre el tema de los tres años que tiene de encargado de la Basílica, comenta que ha visto que cada año crece la necesidad del público de acercarse a sus creencias religiosas, comentó que en años anteriores la mayor afluencia se registraba durante los días once y doce, pero que ahora tiene registro que desde el día nueve de diciembre, se han incrementado las visitas al santuario moreliano, esto debido a la situación socioeconómica, una situación difícil para mucha gente, ocasionado principalmente por la inseguridad y la violencia, la gente llega llorando a suplicar a la Virgen porque tiene gente secuestrada o porque tienen familiares desaparecidos, por falta de trabajo y otras condiciones difíciles por la que atravesamos los michoacanos, nosotros como sacerdotes no sabemos como ayudarlos, pues han perdido la fe en muchas instituciones, en las autoridades, entre la misma sociedad y hasta en Dios.
“Entonces yo pienso que el único recurso es la vida espiritual, la vida con Dios, la Virgen, donde se encuentra el consuelo, esperanza, fe, pero desde el anterior de la persona”.
La Iglesia también ha sufrido de la inseguridad, hemos sufrido ataques, recordando la cuidad de Apatzingán, donde cinco sacerdotes se han sentido inseguros y amenazados y aunque estas fechas son de mucha efervescencia católica, los vemos llegar a veces tan sólo con lo necesario, creo que a los únicos que les esta yendo bien son a los comerciantes de cañas, dijo en son de broma.
