En la celebración nacional a la Virgen de Guadalupe, su iglesia en la capital michoacana luce abarrotada desde la mañana de este miércoles.
También los pasillos, parques, patio, y hasta las áreas verdes, colmado de puestos y juegos mecánicos.
Es el día antes del magno festejo a quien la mayoría de los mexicanos considera como su “patrona”; una de las máximas figuras religiosas de la fe católica.
En San Diego, pululan puestos de carnes, tacos, atoles, jugos y toda clase de alimentos, que este jueves serán insuficientes.
Lo mismo carros chocones, ruedas de la fortuna, gusanos y toda clase de juegos mecánicos que son la delicia de niños y grandes.
En el accesos al templo de Guadalupe, cada año aumenta el número de fotógrafos que ofrecen una postal del niño o la niña vestidos de “Juan Dieguito” o de “Lupita”.
Trajes regionales, sombreros, bigotes pintados, trenzas postizas, unas lágrimas de vez en cuando, posan en los mejores escenarios: flores, cascadas artificiales, rocas de cartón. Todo depende del bolsillo del cliente.
Es la festividad católica más importante de México; es el acto de fe que congrega lo mismo a pobres que a ricos.
Es también el negocio con las creencias, para ganar muchos pesos en unas cuantas horas. Este jueves, la apoteosis.