Michoacán atraviesa por la peor crisis en su historia, que conlleva consecuencias inéditas: datos de diversas organizaciones civiles de derechos humanos, así como de la propia Comisión Estatal de Derechos Humanos, reportan que desde que inició el conflicto entre grupos de autodefensa y organizaciones criminales, suman alrededor de 2 mil 300 familias quienes han tenido que dejar su lugar de residencia porque se ha vuelto una verdadera zona de guerr
Los municipios que más familias desplazadas están aportando son Coalcomán, Apatzingán, Aquila, Buena Vista Tomatlán, Tancítaro, Aguililla,Tepalcatepec, La Huacana, entre otros.
Asimismo, colectivos ciudadanos y medios de comunicación alertan sobre la posible incidencia de 7 mil huérfanos en Michoacán, víctimas de la ola de violencia que se vive en ese estado desde el 2006, de los cuales solo en la región de Tierra Caliente ya son poco más de 5 mil niños, entre los 0 a los 15 años de edad, los que se han quedado sin padres, sin embargo ni las autoridades estatales, instituciones federales o la propia Comisión Nacional de Derechos Humanos han otorgado atención a estos niños que sufren de la violencia y el abandono.
Un dato alarmante es la cifra de 3 mil 063 casos de víctimas de desaparición forzada según el Comité de Familiares de Personas Detenidas y Desaparecidas en México, en Michoacán, muchos de los cuales no han sido atendidos por instancias como Provictima, dependencia federal que no ha emitido una sola postura en estos año de conflictos en Michoacán.
De estos casos, la Comisión Estatal de Derechos Humanos sólo ha recibido la denuncia de 670 Víctimas de desaparición forzada.
También se tiene el dato de 3 mil 419 peticiones de residencia a EU de menores desamparados, así como 1 mil 173 cartas municipales para huérfanos pidiendo asilo político a EU y 320 Cartas municipales pidiendo asilo político a EU para hijos de presos, de acuerdo a datos otorgados por los ayuntamientos de las zonas en conflicto.
En estos días nos enteramos de que el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, informaba que un total de 80 municipios sus autoridades fueron rebasadas por poderes paralelos como el crimen organizado, donde además existe una elevada incidencia de asesinatos, o impunidad en las averiguaciones previas, u operan grupos fuera de la ley, y ojo que se trata de municipios gobernador por todos los partidos.
Por último, y mucho más grave, es el reporte de La Comisión Nacional de Seguridad (CNS), que habla de 2 mil 300 Muertos en Michoacán durante la administración de Fausto Vallejo, y de 2 mil 500 Viudas de la violencia en los últimos años en el estado.
De éstos fallecidos, casi el 62 por ciento ocurrieron en la zona de Tierra Caliente, en los últimos 12 meses.
Datos de la Comisión de Atención a Grupos Vulnerables de la Cámara de Diputados a nivel federal, indican que en Michoacán se carece de un programa de atención eficiente para los niños víctimas colaterales de la violencia.
La propia iglesia católica de la región ha dado a conocer que los saldos de las refriegas en la zona de Tierra Caliente han dejado, en el último año, casi mil 030 muertos, y que del total de fallecidos se estima que al menos 120 han sido menores de edad, que equivale casi al 10 por ciento de los decesos registrados. La cifra ni siquiera se conoce en la Procuraduría de Justicia del Estado de Michoacán.
Como vemos, Michoacán se asemeja a una zona de guerra, a escenarios de conflictos armados como los registrados en Colombia, en Siria y en los países africanos y a pesar de ello, el gobierno de Enrique Peña Nieto tardó un año en asumir de frente la responsabilidad en este conflicto.
Ayer se firmó el Acuerdo Para el Apoyo Federal a la Seguridad de Michoacán, mediante el cual la federación asume el papel del gobierno del estado en materia de seguridad y de procuración de justicia, asumiendo las funciones que jamás pudo hacer la Secretaría de Seguridad Pública estatal y la Procuraduría del Estado.
El último año no sólo ha representado la debacle y el ocaso del proyecto de gobierno del partido que ganó las elecciones en el 2011, es decir el PRI, sino que ha sido el año más trágico en la historia reciente de Michoacán, que ha legado consecuencias muy graves, como lo hemos señalado.
No sabemos si será con acuerdos y documentos como se va a resolver un conflicto que va más allá de lo político, y que engloba una crisis de carácter humanitario, social, ciudadana y económica.
Michoacán atraviesa por un desierto, en donde es palpable la ausencia del gobierno federal desde hace meses y también de la falta de solidaridad de todos los habitantes del país.
Y no se trata de que el gobierno federal venga a rescatar o defender al gobierno de Fausto Vallejo, el cual quedó no sólo rebasado y superado por las circunstancias, sino de que la crisis está legando consecuencias a corto y largo plazo que no son previsibles o que por lo menos no se están atendiendo.
Por supuesto que tiene que haber elecciones en el 2015, y esa debería ser uno de las principales compromisos del gobierno federal, garantizar que se realice el proceso electoral, evitar que se volatilice o se enrarezca.
Sin embargo, antes hay que garantizar la paz, la tranquilidad, la gobernabilidad y la seguridad en el estado, garantizar que los ciudadanos puedan transitar libremente, que existan condiciones para el desarrollo del estado, que existan condiciones para que arriben inversiones y se generen empleos.
Queremos dejar en claro que el PRD no le apuesta a la desestabilización política, o la desaparición de poderes y la renuncia de los integrantes del Poder Ejecutivo, sino a que todos los actores políticos pongan de su parte para sacar a Michoacán de la más grave crisis de inseguridad, humanitaria, social y política de su historia.
La seguridad de Michoacán es tarea de todos, por ello hacemos un llamado a todas las fuerzas políticas, sociales, civiles y ciudadanas a unir esfuerzos por la paz y la seguridad de los michoacanos. Lo mismo vale para todos los ciudadanos de México, ya que el problema de Michoacán es de urgencia nacional, requiere de la solidaridad y el respaldo de todo el país.