Deportes – Grupo Diario de Morelia
Era para Lanús un verdadero desafío después de la sufrida clasificación a los octavos de final de la Copa Libertadores: sin Goltz, Izquierdoz, Somoza ni Silva, enfrentaba al prolijo Santos Laguna, uno de los mejores de la fase de grupos. Y se sacrificó al máximo, dio vuelta el resultado y gritó de forma agónica en el minuto 95, para imponerse 2 a 1.
Se esperaba en el inicio un duelo equilibrado entre dos equipos que se sienten cómodos con la pelota, pero no al nivel del primer tiempo: los mexicanos que, entendidos de las bajas en la defensa, apostaron a las espaldas de los centrales; el Granate apoyado en sus laterales con proyección y sus extremos, para atacar desde las bandas hacia el centro.
Oswaldo Sánchez sólo tuvo que saltar una vez en los primeros 45 minutos, con un remate desde lejos de Diego González; Agustín Marchesín tampoco tuvo demasiada participación, ya que los remates de Oribe Peralta, Quintero y Rentería, tuvieron siempre los carteles publicitarios como destino. De ida y vuelta sí, pero sin precisión a la hora de meterse en las áreas.
La segunda parte comenzó con Lanús mucho más decidido en el ataque, de la mano de los remates de Victor Ayala. Sin embargo, Santos Laguna despertó y avanzó con la pelota, exigió dos veces a Monteseirín y de un lateral llegó el tanto, cuando Darwin Quintero anticipó en velocidad y le rompió el arco a Marchesín para el 1-0.
Sabiendo de la importancia de los goles como visitante, el Grana salió herido y en pocos minutos inclinó la cancha hasta que Facundo Monteseirín encontró en el área un centro de González y sacó un zurdazo inatajable para lograr el empate. Y quien tuvo la chance en sus pies fue Lucas Melano, que desvió un centro de cabeza de Ayala pero el veterano Oswaldo Sánchez con los pies alcanzó a sacarla.
Todo indicaba que habría empate, pero en el quinto minuto adicionado, Ayala lanzó otro centro envenenado y que luego del mal despeje, dejó servido a Matías Martínez el traje de héroe para que ponga el cabezazo del 2 a 1 y así Lanús viaja a México con el resultado a su favor, además del envión anímico de haberlo hecho sin cuatro piezas clave.
