A más enfermos, más farmacias, a más pobreza, más empeños

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A más enfermos, más farmacias, a más pobreza, más empeños

MSV.- Si ahora ya no se respetan las distancias para poner una farmacia, menos se va a obligar que las casas de empeño no estén a centena de pasos. Lo anterior permite confirmar que a más enfermos, más boticas y por mucho más pobreza, ya no es raro ver que en cortas distancias estén las casas de préstamos.

No deja de admirarse que aunque han crecido los asaltos, aumentan desproporcionalmente las casas donde se compra oro, plata y toda clase de valores. El temor que se registró de que las casas que compraban y vendían dólares, ha desaparecido, porque los dueños ya encontraron formas de cubrir su seguridad, como los viles raterillos que arrebatan bolsas o recientemente celulares, que para no ser encontrados con el cuerpo del delito, se los pasaban a otro que corriendo desaparecían en un instante.

Ahora que ya se sabe que habrá aumento del impuesto IVA, o la aplicación del actual en comidas y medicinas, que desde luego va a crearse un mayor encarecimiento al precio de la existencia. Pero bueno, habrá que encontrar el lado positivo, como cuando el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano cerró la zona de tolerancia y centros de vicio de mala racha, que el salario del obrero llegaba si no intacto, no tan mermado a los hogares y que por cierto creó un agradecimiento de las parejas al autor de esa medida, porque el vino se tomaba en casa, tal como el amor también ahí se hacía.
Lo que no gustó en ese sexenio, fue la creación de la nueva Ley Inquilinaria, que consistía en proteger del casateniente al inquilino y ayudar a los locatarios, porque no es lo mismo un lugar para vivir, que para hacer negocios.

Surgieron inquietudes como ahora por las casas de préstamos, pero es tanta la pobreza, que aún sabiendo del abuso que se comete en esta clase de servicio, que qué se van a fijar en lo que firman, si además de llevar letras muy chiquitas ya se toma como favor, si los agiotistas cometen cosas peores.

Estando tan difícil la vida, no queda mas que volver al orden: en casa, dormir, desayunar, comer, cenar y lo demás y los pequeños “gustillos”, pues con lo que antes se escondía en la secreta del pantalón o del cinturón que se usaba ex profeso para guardar billetillos muy bien dobladitos.

Es demasiado lastimoso ver cómo hasta conocidos piden ayuda o topar en cada esquina a quien te pide una limosna y no se diga si vas manejando vehículo, que en cada semáforo, tienes que suplicar a cada lava parabrisas, que no lo haga porque ya se lo han hecho varias veces. De la rabieta porque no creen que no traigas una moneda, les sale a veces a esas personas que se le ven los ojos vidriosos, el reclamo de que si limpian parabrisas, es porque no quieren robar, que es lo único que les queda en vista de que no encuentran quien les dé un trabajo.

Triste condición en que se vive, y recibir la noticia de que será hasta marzo cuando las fuentes oficiales empezarán a ejercer sus presupuestos, que francamente ya ni protestar ayuda.

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