La Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), que atiende a 600 personas que se encontraban en el albergue La Gran Familia, señaló que algunas de ellas fueron víctimas de tratos infames, pues algunos fueron tatuados con números o señas y otros más fueron quemados, publica este viernes El Universal.
“Cada una de las víctimas tiene situaciones diferentes, no se trata solamente de acompañarlas en el proceso penal, porque esa es solamente una parte, tienen otros problemas que no son comunes a todos”, “algunos han sido víctimas de abuso laboral.
Otros han sido víctimas de delitos sexuales, otros de lesiones y de tratos infames hemos vistos personas que han sido tatuadas con números o con señas particulares del albergue, muchas que han sido quemadas, otras que han sido lesionadas”, dijo el comisionado Julio Hernández Barros.