MSV.- No es cuestión de decirlo ni volverlo a advertir, los maestros de esa disidencia, a carcajada abierta se ríen e insisten, en que mientras no les descuenten los días que no trabajan, no tienen por qué volver a las aulas y menos de cumplir con la nueva ley de la profesionalización de la educación de estado. Si eso es lo que circula de boca a oído en Michoacán, qué no hará eco en Oaxaca, donde los ordenadores de este poder que es la CNTE y que por cierto pocos son los que los ven y saben donde viven, que a veces las instrucciones de lucha, lo hacen al través de desconocidos, sin ser siquiera profesores.
Su retirada, según ha trascendido, no es por falta de recursos, porque lo de las cuotas sindicales y lo que obtienen por presionar lo que no les cumplen, más lo que no les conceden de sus pliegos petitorios que es a cada rato y por cualquier pretexto presentan, que siempre los gobiernos firman para cumplirles después y no lo hacen quizá para negociar algo que valga la pena y tengan que plantearlo como extra a la SEP, de donde a veces les auxilian o les piden que si se resuelve, será en plazos, al grado que los maestros centistas, han llegado a presentar 23 minutas que durmiendo el sueño de los justos, alcanzaron a hacerse causa de lucha para ellos.
Una vez que el gobierno Federal no da marcha atrás y plantea que para que aumente el trabajo, se eliminen las doble o triples plazas, desaparezca la venta de ellas y éstas mismas se vendan cuando se traspasan porque el propietario ha alcanzado su jubilación, no se autoricen, que por el trafique de todo esto que es sindical, rendía grandes cantidades de dinero, llegando a anularle a las autoridades educativas, toda las medidas que juzgaban aplicar para que todos los trabajadores de la educación cumplieran con su enseñanza y los escolapios aprendieran, porque no se aptaba mas que el dos por ciento de reprobados, ya que para llegarse a aceptar un mayor número de retrasados, tenía que haber comunicaciones oficiales y verificaciones en directo.
También, que a veces se encontraban a mentores reclutando interesados en estudiar, porque en sus aulas no había más que tres o cinco legalmente inscritos, la mayoría, porque en pueblos y comunidades, existía un desánimo por la educación, ya que la mayor cantidad de maestros se presentaban dos días a la semana y el resto, se la pasaban “gestionando” o resolviendo problemas relacionados con su obligación de educar.
En Michoacán particularmente y quizá en muchas partes, se registraron casos en que los mismos padres de familia ya sin quejarse a las autoridades, pagaban por su cuenta a un sustituto, con tal de que sus hijos no fueran aprobados viendo que su orejas de burro cada años les crecían más.