A pesar de ser un negocio ilícito por la reciente aprobación de un reglamento municipal, más de 800 perros se venden en la vía pública a plena luz del día en las inmediaciones del Auditorio Municipal.
Denunció la presidenta de la asociación Generando Hogares de Amor para Animales Desprotegidos (Ghapad), Esmeralda Cerda Pizano y la vocera del Comité Ciudadano por el Trato Ético a los Animales (CCTEA), Talía Coria Mendoza al lamentar que la falta de compromiso del ayuntamiento capitalino ha provocado que dicho reglamento sea letra muerta.
“Nosotros las asociaciones asumimos las consecuencias después, porque todos estos animales que se venden en un gran porcentaje son abandonados, maltratados o en calle o en azoteas o en patios y todos esos reportes de abandono y crueldad nos llegan a nosotros y son nuestros recursos económicos y humanos son insuficientes para abarcar un problema que realmente le corresponde a las autoridades”, señaló Coria Mendoza.
Estadísticas proporcionadas por las activistas, señalan que el 70 por ciento de los perros son abandonados o sujetos a la crueldad, además de que 4 mil perros son sacrificados anualmente en el Centro de Control Canino y en muchos de los casos son llevados por sus dueños para deslindarse de la responsabilidad.
La presidenta de Ghapad pidió al ayuntamiento moreliano que cumpla con su trabajo y sus obligaciones para continuar con los operativos que venían realizando, pero los cuales se detuvieron desde hace aproximadamente cuatro meses, bajo la justificación de los constantes cambios gubernamentales.
Informó que hace aproximadamente una semana, integrantes de la asociación que representa, realizaron un recorrido por las calles donde se instala el Auditorio y contabilizaron más de 800 perros pequeños en venta.
Incluso lamentó que la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) tampoco realice operativo alguno y provoque que en el Auditorio se vendan especies en peligro de extinción como halcones.
Solicitó a la PROFEPA y al ayuntamiento moreliano haga valer el reglamento de maltrato animal y venta masiva de cachorros en la vía pública y no permita que se convierta en letra muerta por “complicidad, descuido o impericia” de sus autoridades de Servicios Públicos municipales.
También pidió la destrucción en público del Aparato de Electrocución de Control Canino del Municipio de Morelia, para dar mayor certeza que ya no se está realizando este tipo de prácticas.
Lamentó que en Tacámbaro y Zitácuaro se continúa utilizando este tipo de prácticas de sacrificios por electrocución donde tardan más de un minuto para morir y esperó que sigan el ejemplo de Morelia.