Uno nunca sabe, a la mejor Salvadorcito Jarra Guerrero les da a ganar entre borracheras, alquiler de habitaciones y consumos en restaurante y cafetería lo suficiente como para gozar de privilegios. Siendo cliente distinguido del Virrey de Mendoza, se explicaría que expongan sus instalaciones Desde temprano llegó la “rectora” de facto de la UMSNH, ocupó una mesa en el restaurante del Virrey, mientras, en la cafetería del portal Egberto Bedolla y demás Corte de los Milagros, esperaban el arribo del virreycito, mejor conocido como Jarrita Guerrero, quien llegó pasado el medio día.
Ni bien se sentó en la silla, cuando en la acera de enfrente, en el otro portal, marchando sobre la banqueta, un grupo de chamacas y chamacos con banderas alegóricas gritaban consignas en contra del Jarrita. Enseguida cruzaron la Avenida Madero y que le caen encima. Así, literalmente. Más a fuerza que de ganas se levantó y caminó hasta la banqueta, eso sí, rodeado de sus lame suelas metidos ahora de guaruras, incluso la rectora de facto corrió para estar al lado de ser amado y brindarle apoyo moral y así poder proferir una que otra amenaza. El discurso de Jarra no bajó de arbitrario y amenazante, al parecer el tipo no conoce el concepto de dialogo o negocia, no, yo tengo el poder, como He-Man, y en ese tono la chamacada lo mandó a jondear gatos del rabo; nunca entendió el Jarrita que una acción merece una reacción.
Uno de los múltiples gatos que lo rodean, recuerde que trae chofer la rectora, Jarrita, Egberto Bedolla, retaba a un muchachito de escasos 17 años de edad, habrase visto, porque a uno ni lo pelan, porque estuvimos atestiguando y sacando fotos, el chisme no es pecado ni delito. Sin más, se dio la media vuelta y se metió corriendo al interior del hotel, dejando a los chamacos dando entrevistas a los pocos medios que hicieron acto de presencia. La gerencia ordenó el cierre de las puertas y Salvadorcito Jarra Guerrero selló otro episodio más de su triste paso por la rectoría. No somos adoratrices de los chamacos, que conste, hay mucha mierda detrás de los intereses que los impulsan, pero, como apuntó del Filosofo de la Obrera: “con un rector como éste y los otros igual de bandidos…” Eso sí, pobre universidad, pobres muchachos que sí desean estudiar y son abandonados a su suerte por un dizque recto atrapado en su miseria existencia y por una rectora de facto más preocupada en su próximo movimiento para asegurarse perpetuarse en el poder.