Justo cuando el mundo se reúne en París, Francia, para buscar una solución al calentamiento global, Beijing amanece ahogada en smog, con sus habitantes enmascarados con tapabocas y sumergidos en una neblina tóxica con olor a carbón y partículas tóxicas, en el peor día de contaminación ambiental del año. La capital china, donde las temperaturas estaban por debajo de los 0°C, estaba inmersa en una nube con una densidad de partículas peligrosas, que superaba en más de 20 veces el límite que recomienda la Organización Mundial de la Salud.