No me voy, no me voy y no me voy…
* Dijo muy horondo que la comisión que encabeza en el estado está más allá de cuestiones político-electorales
Se los paso como va se supo que Alfredo Castillo Cervantes, Comisionado para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán, advirtió que su ciclo no está terminado y que la comisión que encabeza en el estado está más allá de cuestiones político electorales, “al contrario, estamos apenas iniciando la segunda fase que esa la que tiene que ver con el fortalecimiento de las instituciones, de acuerdo a la encomienda presidencial dentro de la transformación, y que lidera el Presidente Enrique Peña Nieto, en su discurso en el arranque de operaciones de la nueva corporación Fuerza Ciudadana, el funcionario federal hizo mención de la proximidad del proceso electoral.
Mismo que inicia en octubre y refirió que lo importante no es el aplauso ni la crítica, sino el legado del fortalecimiento de las instituciones que dejará en el estado: “no es el epilogo ni el cierre de ciclo como algunos han llegado a creer”, pues la presentación de esta nueva policía “tiene qué ver con el punto de partida”, aclaró, el mexiquense advirtió que Michoacán requiere hombres de estado “y no cargadores de puesto” en estos momentos y en esta coyuntura, ello dentro de una estrategia a corto, mediano y largo plazo para transformar a Michoacán y llevarlo al lugar donde merece estar: “nosotros nos hemos comprometido en Seguridad” a que en secuestro y homicidios la entidad registre.
El mínimo histórico, lo cual requiere la voluntad y el esfuerzo.
Refirió que esta nueva Fuerza Ciudadana “será el referente de lo que tenemos que construir hacia el futuro”, y el reto junto al gobernador Salvador Jara Guerrero es prepararse para una carrera de velocidad que no es de 100 metros “sino un maratón”, lo cual calificó de “este es el enorme reto que tenemos aquí”. Castillo Cervantes dijo que a ocho meses de haber llegado a Michoacán es momento de explicar “en qué fase estamos y hacia dónde vamos”, refirió sobre la fase de la solidez de las instituciones y el poder involucrar a la sociedad en la transformación creadora, tras denostar la gravedad de la violencia y del crimen.