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* En poco más de 35 años en México, el doctor Codesal ha sido objeto de persecución, agresiones y señalamientos.
Edgardo Codesal, Director del área técnica de la Comisión de Arbitraje de la Federación Mexicana de Futbol, es un personaje que se ha acostumbrado a vivir a la sombra de la polémica. En 35 años de radicar en México ha estado frecuentemente en el “ojo del huracán”.
Nacido en Uruguay, pero mexicano por convicción, llegó a nuestro país a principios de la década de los ochenta. No tardó en convertirse en un árbitro destacado, pero también polémico en algunas decisiones.
Lo vivido la noche del viernes pasado en el palco del Estadio Luis “Pirata” Fuente, donde Fudel Kuri Grajales lo agredió física y verbalmente, es apenas uno de los tantos episodios en los que Codesal se ha visto inmiscuido.
En marzo de 1984 sufrió el primer episodio oscuro en su carrera. En esa ocasión, le tocó dirigir un Clásico entre Atlas y Guadalajara, en el Estadio Jalisco. El Rebaño derrotó 5-3 a los Rojinegros, gracias a tres penales cobrados por el nazareno.
Lleno de furia por el trabajo arbitral, Alberto de la Torre, dirigente del Atlas, bajó a la caseta de árbitros y agarró a patadas a Codesal, según lo documentaron periodistas de la época. El hecho le salió caro a “Manobeto” y fue castigado un año por la FMF, pero con el paso de los meses, el dirigente tapatío recibió el perdón.
Quizá el episodio más polémico en la vida de Codesal fue la Final de la Copa del Mundo de Italia 1990, donde los argentinos lo recuerdan de una manera poco grata. En ese encuentro, Edgardo Codesal fue el que atrajo las luces del aparador: expulsó a dos jugadores argentinos, y con media estocada dentro, cobró un penal a favor de los alemanes en el minuto 85 que, a la fecha, aún es cuestionado.
En ese mismo año, Codesal volvió a estar en la mira: a su regreso a México, el entonces Presidente de los Tecos, Juan José Leaño, puso en tela de juicio la credibilidad de Codesal y el resto de los árbitros; también pagó desplegados en los diarios nacionales, acusándolos de llevar un plan “orquestado por alguien”. ¿La sanción?, un mes de suspensión al directivo emplumado.
Otro directivo que juzgó la honorabilidad del doctor Codesal fue Jorge Rodríguez, presidente de los extintos Colibríes, en marzo de 2003. Los insultos al líder del gremio arbitral le costaron una inhabilitación de tres meses y una multa de 500 mil pesos.
Cinco meses después, se destapó un gran escándalo en el arbitraje mexicano. Salieron a la luz unas grabaciones en las que Felipe Ramos Rizo criticaba la gestión de Codesal. Ramos Rizo presentó denuncias por “espionaje telefónico”; el escándalo derivó en la salida de Codesal de la Comisión de Arbitraje, y el retiro forzado de Ramos Rizo.
Así es que en 35 años de radicar en México, Codesal ha tenido que sortear este tipo de eventos poco gratos.
