Oye comadre, por qué ya ni me pelas, pues ya no vamos a dar la
vuelta, al café, a la comida huetameña, me tienes completamente
abandonada.
¡Ayyy! comadre, es que mi Kique me tiene igual, desde que le pedí
que me llevara a un buen restaurante, que como le saca verme, no quiere
gastarse en mi unos doscientos pesitos y eso me baja de valor porque
ya sabes que las chachas cuestán más y bien que las alquilan y ahí no
se fijan en el precio, no que a mi cada vez que logro que me saque
me lleva a los tacos de a tres por diez y en los momentos que estamos
juntos, yo creo que valgo más y me tengo que dar mi lugar.
Comadre, po’s entonces, enójate para que compruebes si de a de
veras te quiere, porque si no, vas a estar como mi otra comadre, que
su viejo es un licenciado que le da todo y ella administra y nomás
vieras, todo paga haciendo creer que mi compadre el licenciado, es
su padrote.
No pues comadre, no tan recio, hay que decirle que le baje, porque
la van a dejar.
No comadre, lo trae bien agüeyado.
Pues bueno, mientras que le dure, que le siga, pero adviérteselo,
como yo te advierto que si dejas a tu Kique, luego lo vas a andar
buscando, porque uno cuando se acomoda con alguien, ya no quiere
andarse adecuando a que si haber si sí, a que si haber si no…
Bueno comadre, por lo pronto pa’ que veas que te quiero, mañana
luego del mercado nos vamos a echar un café, sirve de que entramos
al baño para que me veas unas manchas rojas que me están saliendo
quesque es por falta de circulación, si mi Kique bien que me hace
circular la sangre, que la siento que me corre por todas partes.
Pues veremos mañana que ya es viernes, pa’ ver si por la noche nos
echamos unas pa’decirte la verdá, que claro, cáncer no es, pero si bien
que vas a necesitar que te den diario tus nalgadas