¡Ay comadre!, que a todo dar, saber siquiera que un presidente municipal, con tan solo unos cinco millones de pesos que van a poner los emigrados organizados, municipio y gobierno Federal y Estatal, para que 40 mil habitantes vuelvan a beber agua potable de sus llaves y no inviertan en agua de garrafones donde gastan casi las tres cuartas partes de su salario.
eso comadre, ese es un notición, porque donde quiera que se soltaron publicando lo del cólera, nadie se atreve a tomar agua de la llave, si apenas, le están entrando al agua de manantial que vivales, dicen que higienizan y la venden como agua perfectamente digerible a diez pesos.
También comadre, que las aguas que llegan de los filtros al centro de Morelia, son aguas perfectas, que tan solo con filtro, se toman con toda seguridad, la prueba es que en Diario de Morelia y la Extra, las que escribimos y las que sabemos, tomamos de esa agua y nunca nos hace daño y lo mejor, es que no gastamos en garrafones. Imagínate comadre, ya la ciel cuesta 24 pesos y vieran cómo la venden, porque lleva nombre de religión.
Pero también la santorini…
Po’s así era comadre, pero desde que empezaron a descubrir que los garrafones los rellenan de agua de manantial, como que ya la gente luego luego al saborearla, la distinguen y la tiran o la regresan, porque esa agua es falsa de marca y a lo mejor hasta se ponen de acuerdo para ganar más dinero porque por ahí ya se anda diciendo que la Iglesia necesita mucho dinero y les pide mucho a sus socios.
Pues comadre, así como Zacapu fue el primer municipio que sacó del centro a las orillas a su zona de tolerancia, Tacámbaro será el primero en volverle al pueblo su agua potable y sin cobrarles algo extra.
Antes de que se me vaya comadre, para terminar con tantas dudas, que las aguas buenas, lleve cada garrafón una etiqueta como billete, imposible de falsificar, no que hay garrafones de agua de manantial que llevan no solamente su engomado nuevo, sino su tampón también, lo que quiere decir que hay falsificación y en cambio la etiqueta adherida al tapón, al destaparse el garrafón, se tiene que echar a perder y lleva candados y protecciones que solamente una gran empresa puede crear.
