Ahora qué pasa comadre, que no traes nada en la canasta.
Pues es que todavía no compro, que porque pago con billete de a mil y les da miedo darme el cambio.
Oye y de donde agarraste ese billete.
Po’s del aguinaldo de mi viejo y yo le dí uno a mi Kique y bien que se lo cambiaron en el bar anoche.
Ayyy comadre, tu nunca te vas a componer.
No comadre, yo soy como soy, pero no como las copionas o esas que se apantallan de todo.
Ora que me vas a decir comadre…
Que fíjate, que en el Distrito Federal ya el domingo hubo una carrera, donde miles de descalzos corrieron sin zapatos en honor de los niños triquis de Oaxaca que juegan el básquet descalzos, corren y ni siquiera las espinas les lastiman, menos las piedras y en la marcha, dicen que muchas presumidillas cada rato se sentaban en una banquetita a sobárselos, porque ya los tenían rojos rojos, que con cualquiera arenita, se paraban a sacudírselos. Y luego, bien sangronas, que se fueron al café, porque iban a dejar pagada una taza, para que la cafetería se lo diera a alguien quien no tuviera dinero para comprarlo, lo gozara.
Cállate comadre que ya en Sonora eso ya es viejo, porque allá quien paga un café en ciertas cafeterías, el negocio dice que da tres a indigentes y comprobadito. Aunque eso sea publicidad, porque quien sabe si cumplan.
Po’s ay como lo ves comadre, hay quienes cumplen y otros que qué van a estar dando, po’s qué son unos tarugos o qué.
Bueno, nosotros somos así; en todos los niveles, estamos como lo que decía el que descubrió a Salinas de Gortari, que hasta las partidas secretas de la Presidencia de la República se llevó. Ese Miguel de la Madrid, le dijo antes de morir, hasta como fue perdiendo el pelo el que ya no quiere salir, porque muchos ya se le avientan a gritarle y lo ponen en vergüenza.
Pero es que tiene vergüenza ¿ese tipo?
Mejor no te contesto comadre.
