¡Ay comadre, ay comadre! ora qué va a pasar con eso de que hace un rato el Papa a su regreso de Brasil declaró, qué quién era él para recriminar a los gay u homosexuales, si también van en busca del Señor…
¡Ijole comadre! y además que completó su información con que Dios quiere a todos, y por lo tanto los perdona, así como la sociedad debe de reintegrarlo a su seno. Casi casi, que se haga una rosca con sus simpatizantes y los que van por ese camino.
Además, el anterior Papa Benedicto XVI, firmó un documento en el año de 2005, que según los sacerdotes con profundas inclinaciones a la homosexualidad, no deberían ser sacerdotes, de tal manera que el Papa Francisco I se mostró más amable, porque en referencia señaló que esa clase de desviaciones de los que sirven a la Iglesia, deben ser perdonados y sus pecados… ¡olvidados!, cómo la ves comadre…
Po’s de la patada comadre, esto ya se acabó, ya mejor hay que materializarse, hay que ir a la religión donde más se acomode uno y encuentre uno ayuda para ayudar, como se hace en Vida Abundante y otras sectas de procedencia anglicana, que como se dedican a la medicina natural y han hecho de ahí una fortuna, ayudando desde luego a los más aplicados en sus reuniones, de mostrar que entienden sus obligaciones al pie de la letra y que los sacerdotes putos, gay o lo que sean, que como ya tienen la admisión de la misma Iglesia, que le sigan haber hasta donde termina eso.
Por lo pronto San Francisco I, nuestro nuevo Papa, compensa toda esa podredumbre que arrastran, con su tremenda modestia y austeridad que nadie se la retira, porque usa sus mismos zapatos viejos que usaba en Argentina, teniendo en el Vaticano los especiales de Papa, ropa y cosas exclusivas de esa jetatura, y que a lo mejor pronto, vuelve a viajar por las calles en camión. Imagínate comadre, en Brasil, no tomó su habitación que le asignaron, sino que se hospedó en la que tenía solamente una cama como de muchacho y algo para colgar su ropa. Imagínate, qué apantallamiento anda haciendo por doquier.
