CoMadreando: La Religión, Como la Sanmarqueña que Nomás de la Cintura Pa’bajo

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Comadre, ahora que nuestro Papa no solamente cambia formas de perfeccionar la vida espiritual del humano en la tierra, ya hasta se descubre que hay una comisión encargada de empezar a ver el asunto del celibato en el sacerdocio, porque no debe ser ya como una simple disciplina fisiológica, sino como un compromiso con Dios, padre de todas las religiones del mundo y en quien se converge, porque ninguna de las existentes, le desconoce. Que lo acepten de una o de otra forma, pero para todas, hay un Dios, como los mismos seis mil científicos, que aunque no obtuvieron en Melburn, Australia lo del bosón de Higgs, fue porque para las iglesias les caería de golpe y porrazo que ya no es solamente espíritu santo, sino formador de vida en materia que se empieza a ser volumen.
Ayyy comadre, po’s como yo no entiendo de eso ni madres, solamente te sé decir lo que le cargan a Sócrates respecto a su sabiedad en parodia: mira, yo solamente sé que no he cenado…
Pero mira comadre, se trata de que ahora la Iglesia Católica va hacia la pulcritud de la cintura a la cabeza, porque ya deja atrás lo mundano, lo sexual, lo de los divorciados y todas esas descomposiciones sociales-espirituales. Ahora se va a dedicar, en lugar de catequizar a lo mundano, de espiritualizar el corazón, la mente, el alma, que no es lo mismo cuando lo que trataba de poner en orden, era una convivencia sin amenazas de castigo, que son los similares del pagar en vida los pecados, porque ahora Dios no solamente no castiga, sino que escucha y trata de llevar a las bondades humanas a que sus virtudes le sirvan para su paz y tranquilidad interior y a que ruede el mundo en eso de las maldades o descomposiciones sociales.
Entonces comadre, ahora nuestra religión va a estar como la esencia de la canción de la Sanmarqueña de Acapulco, de yo no te pido la vida, sino de la rodilla pa’rriba y de la cintura pa´bajo, que hoy en nuestro ejercicio de fe, es: de la cintura hacia arriba y lo de abajo ya es cuestión de cada quien.

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