Por fin pues comadre, entonces qué, me vas a vender tu lote o no.
Ya no comadre, ahora ese terreno que tu despreciabas, me está dando de comer, al grado que mis nopales tienen demanda y ya estoy viendo la forma de regresar a mi rancho para dedicarme de lleno a sembrar y traerlos diario.
Pues yo ya te vi que hasta ladrona eres con tus nuevos clientes, de esos que andan queriendo encontrar nopales pa’ su diabetes.
Si pues comadre, ques que quería que le vendiera por kilos como lo compran en las tiendas de servicio. Y no, a mi no me conviene eso comadre, el kilo es a 20 pesos y yo sigo vendiendo mis bolsitas a diez y a veces me salen hasta dos y más de medios kilos, nomás es cuestión de no acomodarlos, que agarren “aigre” y hagan bulto.
Pues bueno, ya vi que diario te sacas hasta tus seiscientos pesos y a cada hija que tiendes en San Juan, te dan doscientos, seguramente luego de dejarse lo de su chiva.
Yo creo comadre, ahora ya ni los hijos son honraos.
Bueno comadre, pues te encargo algún negocito de esos, mira nadamás, quién iba a pensar que de nopales ibas a hacer tu dinerito.
No, y ya me entró la cosquilla de que quiero hacer algunas cosas de nopal.
Para qué comadre, si no te das abasto en surtir, que es mejor que cuides tus matas y que vivas cerca para que no te roben.