Oye comadre, po’s eso es cierto comadre y que también ahora es con una mayor experiencia, sí es verdad, lo que nosotras únicamente alcanzamos a saber es lo que se les desalcanza a descontrolar. Pero el otro día que vino a recoger a mi ahijada Rina, que quizo seguir en el convento porque a ella si le había gustado la movida y que no quería como tantas que conoció ahora andan de arrimadas y sin que el obispo les dé esperanza de que se case o que cuando menos les den una beca para estudiar. Que lo único que consiguieron fue que los mandaran tras montañas, que no indaga todavía por donde lo encuentran haber si se anima a formar un hogar, porque los de su pueblo que conocen son muy toscos y prefieren las caricias suavecitas, aunque ya encarrerado siempre los ratones, mandar a chiflara a su madre sin consideración alguna, lo que equivale a un mal trato tal cual hace el amor el ranchero, le falta emoción, pues es pura fuerza.
Ay comadre yo me sé tantos casos que me llamarían la comecuras, pero la verdad es que esto ya no se puede detener, si no sé cómo le hizo el Papa Francisco para poder detener lo del celibato, porque él prometió que entraría a discusión y otros urgieron porque es necesario ya una línia, o curas casados, pero no puterías de hasta obispos con obispos.