Mira nomás cómo vienes, po’s que, ¿te fregó la lluvia?…
No solamente me fregó, sino que me alcanzó a mojar los colchones y no cenamos porque no pudimos ni siquiera prender la estufa y menos conectar el horno.
¿Hasta la luz se te fue?
Cállate que se nos andaba yendo hasta la vida, pues a donde subíamos a tanto chiquillo, si nadamás los hijos de tu ahijada son tres vaquetones que nomás gritaban y cuatro chiquillas que nomás lloraban. Andábamos tan espantados, que hasta el hambre se nos fue y tan cansados, que donde pudimos dormir, caímos como piedra.
Lo bueno es que ya todo pasó, ahora, hay que volver a empezar.
Oye comadre, pues quéjate con el Willy, esa queda bien porque quiere ser candidato pa’ gobernador.
Comadre, mejor cuéntame una de vaqueros.
O con el gobernador, que le está dejando cuentas claras a Vallejo.
Nada de eso comadre, si ya sabes lo que le gritó el publicista de Rochín a Fausto, que ni por la amistad que llevaron le contestaba el teléfono, menos que se dejara ver, que mejor no hubiera llegado a ganar, porque perdió al amigo.
Bueno comadre, pues como todo político que están como la hija que recibió la siguiente advertencia de la mamá: “mira hija, cuídate no solamente de los hombres, sino también de los que andan queriendo llegar al gobierno, que prometen y prometen hasta que lo meten y luego se les olvida lo que cometen y que además lo único que hace valer a una mujer, son sus pompis”.
Si pues comadre, lo mismo les dije yo a mis hijas, pero mira, para el caso que me hicieron, ya son todas unas guandajonas y creo que Yola ya anda otra vez en “varas” y no sabe ni de quién.