Oye comadre me estaba fijando que ahora que para nada se esconden las “chachas” para trabajar su oficio de vender satisfacciones, es porque cada vez más se está poniendo más difícil la vida.
Si pues comadre, ahora desde la mañana por todas las plazas, hasta en el vil centro, las que se pasean con su bolsa al hombro o en la mano y se le quedan viendo a los machines les pasan por enfrene algún conductor, es porque quiere jale de cuando menos trescientos pesos, pero que si al empezar a abrirse el trato, viene quedando en cien más el importe del cuarto, que claro, no es en hoteles elegantes, porque esas no son de cada rato y no te atienden en forma directa, porque primero tienes que registrarte y luego que te conduzcan a la habitación y eso te hace pereder el tiempo.
Bueno comadre y por qué esta clase de comentarios…
Porque dice mi comadre que ahora ya hay mucha competencia, mucha chamaquita que vienen de fuera, que parecen tener trece o un poco más, pero de a de veras que parecen niñas, unas ni tan “buenonas”, pero eso sí, bien pintadas que ya por las cinco o seis de la tarde y más ahora por el frío o el “chipi chipi” de las lluvias, se van temprano; pues así está esta cosa, que por sacar impuestos el gobierno al través de Salubridad, planea la forma de cobrar una mensualidad, llevar el control mediante una enfermera que vigile durante las 24 horas una especie de casetas donde se podrá hacer el sexo sin necesidad de pagar cuarto de hotel, de tal manera que como las repercusiones que este modelo público puesto en práctica ya en algunos países europeos está dando resultados, que aquí va muy rápido el proyecto.
Pu’s claro que sí comadre, porque también Salubridad se va a ahorrar dinero en curarlas, la policía en explotarlas y los hotelillos a volverse sanos.