Como una propuesta interesante y autosustentable que involucra a personas tanto del ámbito urbano como rural en un espacio de integración y encuentro definió la arquitecta Margarita Chávez Birrueta su proyecto Andador cultural Morelia-Tarímbaro: Encuentro rururbano a través de la arquitectura del paisaje.
La joven de 26 años de edad es beneficiaria del Programa de Estímulo a la Creación y al Desarrollo Artístico (PECDA) creado en colaboración del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y el Gobierno del Estado de Michoacán, en la disciplina de arquitectura.
El objetivo del proyecto Andador cultural Morelia-Tarímbaro: Encuentro rururbano a través de la arquitectura del paisaje es crear un plan maestro de diseño paisajístico para un andador cultural que integre los límites de la zona habitacional de alta densidad, colindante con la zona rural agrícola del sector suroeste en el municipio de Tarímbaro, Michoacán.
La arquitecta egresada de la Universidad de San Nicolás de Hidalgo explicó que en la mayoría de los lugares donde se generan conurbaciones se destruye totalmente el patrimonio, pues se pierden ecosistemas con el desarrollo urbano que atiende las necesidades básicas de las nuevas poblaciones ya sean específicas de un grupo o un problema general de la sociedad en su conjunto.
El municipio de Tarímbaro tiene su origen como centro poblacional los asentamientos que rodean el valle y que se generaron a partir del establecimiento de haciendas en lo que actualmente se conoce como “La Herradura”. Son comunidades rurales de vocación agrícola como Santa María, Peña del Panal, El Colegio y San José cuya organización social gira en torno a los ejidos de la tierra, la cual obtuvieron después del reparto agrario, base del modo de vida del municipio que tiene aproximadamente 3 mil 700 habitantes.
Margarita Chávez Birrueta explicó que las transformaciones exteriores que alteran desde hace más de siete años la estructura social, económica y ecológica de Tarímbaro, debido la construcción de fraccionamientos de alta densidad en sus límites con el municipio de Morelia, que en su momento ofrecieron beneficios como fuentes de empleo o infraestructura vial; poco a poco han ido terminando con flora y fauna nativas del lugar.
En Tarímbaro, en el año 2008, expuso Margarita Chávez Birrueta, existían 25 fraccionamientos construidos y 20 estaban en proceso de desarrollo, los cuales se asentaron en zonas irregulares propensas a derrumbes, inundaciones y fallas geológicas. Los fraccionamientos colindantes con las localidades ya referidas son Galaxia Tarímbaro, Hacienda del Sol, Metropolis, Villa Natura, Puerta del Sol y Erandeni los cuales tienen una población aproximada de 21 mil 82 habitantes, casi cinco veces más que en el área rural referida.
La joven arquitecta explicó en entrevista con Conaculta que el espacio intermedio entre estos lugares tiene diferentes dueños, y que actualmente el área es un lugar de paso entre un espacio y otro debido a que cuando se sembraban las personas no respetaban los cultivos, por lo que los agricultores decidieron dejar de producir en esos terrenos quedando casi abandonados, convirtiéndose en un lugar inseguro.
“Hay basureros en el exterior de los fraccionamientos producidos por sus habitantes y áreas pantanosas por las aguas negras que son arrojadas a la intemperie, lo que genera que se le considere un espacio apto para realizar actividades ilícitas por personas exteriores al lugar y que afectan tanto a los pobladores de las localidades ya antes establecidas como a los pobladores de estos asentamientos de reciente creación”, refirió la beneficiaria del PECDA.