Un 86% del armamento que se decomisa en el país por parte de la Procuraduría General de la República (PGR) es hechizo o alterado en sus datos de identificación, lo que dificulta su rastreo, al grado que es imposible determinar su país de procedencia.
De 150 mil 39 armas que, de acuerdo con una solicitud de transparencia, PGR ha decomisado desde 2008 hasta inicios de septiembre pasado, sólo en 13% (20 mil 835 casos) de los casos se puede establecer, con base en la marca y modelo, el origen de las armas utilizadas por el crimen organizado en la comisión de ilícitos. Las armas que más se alteran o son fabricadas de una manera hechiza –como las encontradas el martes en dos fincas de Jalisco– son las largas, es decir, fusiles y escopetas, que en su mayoría son calibres para de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas.
De 110 mil 855 armas largas incautadas en esos seis años y lo que va de 2014, en 102 mil 721 casos es imposible establecer el país de origen del armamento. Sobre los que sí se puede determinar el país de origen, es Estados Unidos el principal fabricante de fusiles que se decomisan en México, con cuatro mil 377 piezas.