MSV.- En Zitácuaro se lleva al cabo el Congreso de los Productores de Nopal y Tuna, hombres en su mayoría, que no denotan ni la baba por el gran consumo que por su salud consumen, ni el ajuate que a piel débil se encaja, tanto cuando se corta la tuna o se limpia la penca; pero eso sí, hombre alto, alegre y de suficientes recursos que si no resaben presumir, tampoco lo tira, porque es un sector de gente que no trabaja solamente desde el escritorio.
El interés de escribir sobre este congreso, es porque en Michoacán por la región de Taretan, un tiempo un grupo de profesionistas no exitosos, pero sí longevos ahora, como el tal José García Santacruz, que por un casual viaje al oriente se enamoró de la siembra del nopal sin dejarlo a que llegara a producir la tuna, se cosechaba a diario y sus propietarios vivían plácidamente.
De tantos intentos que el gobierno realiza para que las desérticas tierras se cubran del verde nopal, por descuido, terminaron en el color café oscuro que caían solos a la tierra en donde ni siquiera fermentaban para servir de fertilizante como otros productos agrícolas; pero que fue la señal de que dinero que no es de uno y se invierte en algo que no tiene cultura de consumo, se descuida y con cualquier pretexto, algunos espacios terminan en lotes de fraccionamientos rústicos, como el caso de Tzintzimeo, antes de llegar a Alvaro Obregón, Michoacán.
José Alvarez Cisneros, muy buen líder gestionador, aunque en su provecho, pero en fin, bueno porque la CNC, Confederación Nacional Campesina, solamente dejó de tener sala de cine, porque hasta un bello hotel para sus miembros les construyó el Banco Rural que al frente el más que ingeniero Francisco Merino Rábago les otorgó crédito para que cuando menos por algún tiempo esa organización estuviera en muchas mejores condiciones que el propio Partido Revolucionario Institucional que es a donde siempre han pertenecido.
Con decirles que el señor licenciado José Alvarez Cisneros además de exportar guayaba, llevó a un grupo de ejidatarios del bajío a Texas, Estados Unidos, para que vieran granjas porcícolas, iguales pero al estilo mexicanos que gracias a créditos ejidales se construyeron por Janamuato y otras por la herradura de Puruándiro hacia Sixtos Verduzco, al grado que hasta Yucatán mandaban un promedio de cuatro traylers con puercos y traían yuca en preciosos tapetes y alfombras para Guadalajara.
Por esos tiempos hubo también iguales líderes aprovechados, pero muy ingeniosos y honestos como Moi Martínez el dúo de Federico Ortiz que les colgaron el epíteto de los diputados lelos, pero muy luchones y visionarios, pues Moi, cuando le empezaban a construir su gran taller mecánico de tractores, paró la obra diciendo: no, yo no quiero lujos, sino infraestructura para que debajo de los árboles se compongan los tractores.
Así ví a los integrantes del Congreso de nopal y tunas, trabajadores, amantes a aportar la mejor tarea de producción, que nomás le falta, dijo uno de ellos, invertir en investigación, para hacer medicinas y hasta centros de alimentación gratuita por días solamente.