MSV.- Analizando las aclaraciones de los por qués a los michoacanos no nos fue bien, se piensa desde luego que si el Presidente Calderón hubiera querido cumplir, qué gobernador ni qué gobernador; entonces, para que le sirven sus delegaciones que son los conductos por donde la Federación realiza lo que quiere. Como dice Ausencio Chávez Hernández, se corre la cortesía de avisar , notificar o invitar e incluso conocer de su opinión; pero si la inversión es para hacer obra en Michoacán, ni modo que alguien se oponga, si es para proyectos que están pidiendo. Que el gobernador haya preferido canalizar esos recursos hacia otros renglones de su responsabilidad, entonces, si es que no hay “llevadera”, Calderón pudo haber invertido en educación, vías, litorales, ríos, lagos, minerales, etc., etc., el caso es que hubiera invertido para crear trabajos y otorgar beneficios a su Michoacán querido y asi no tener que andar explicando que porque no hubo concordancia con el gobernador anterior, nos la pelamos.
En cambio ni quien se enoje porque tenemos un bonito Altozano, que es de los ricos, pero se ve bonito, peor es como estaba, todo pelón.
Que a lo mejor no se pudo porque no se quiso, en función de que iban a lustrar el gobierno de Godoy, pero tan sencillo, publicitar o poner incluso placas donde se acreditara de quién la obra, no que de verdad, inversiones de la federación en muchos lugares, se las acreditan otros gobiernos, más las que son pequeñas, pero cuente usted cuantas en el estado y que por cierto en los informes constitucionales sus costos los incluyen a gastos.
Que tanto la actitud de Fausto, como de Jesús no destellan cortesías, no deben entenderse de esa manera, supuesto que siendo estado federado, tenemos derecho al tanto de lo que aportamos; lo que invirtió este sexenio presidencial en Michoacán, fue parte de lo que le obliga, aunque como paisano, esperábamos si no algo mejor, sí igual a otras entidades que no fueron de su querencia.
Lo anterior lo podemos colocar dentro de la solución que hizo verter Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano en su gente perredista, que no le querían recibir nada a Presidentes que no les reconocieron su envestidura oficial, que les dijo recíbanlo que no es por simpatía, sino por obligación la dotación. Quién pues le hubiera rechazado a Calderón la construcción y dotación de recursos para una escuela de niños superdotados, que por varios años le estuvieron solicitando, en Zamora, por ejemplo le pidieron la instalación de un instituto de la fresa, para que en comparación con la cantidad de esa fruta que produce Irapuato -750 hectáreas-, y 4250 menos las de Panindícuaro y Tuzantla que Arriaga Rivera le logró que le restaran a Zamora, es más importante y de reconocimiento mundial la de Guanajuato, pese a nuestra calidad que es superior, a menos que sea porque su producción está a bordo de vía nacional.
Bueno entonces, ya ni modo. Esperemos que pronto nos repongamos, porque como les decía en este mismo espacio, ya hay gente que pide “para mis tortillas”.